UGT reclama al Gobierno la asunción temporal de la competencia
La política del todo o nada ha dejado a 900 funcionarios del Inem (Instituto Nacional de Empleo) pillados entre dos administraciones. Siguen siendo funcionarios del Estado porque el Gobierno vasco no acepta la transferencia sin las cuotas de formación. Madrid no las suelta porque dice que integran la caja única de la Seguridad Social y no romperla se ha convertido en uno de los acuerdos claves Gobierno sindicatos. El caso es que ya sólo Euskadi y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla carecen de la competencia de formación ocupacional y dentro de poco de la relativa a políticas activas. Mientras tanto, a los trabajadores del Inem en Euskadi les siguen quemando las oficinas los violentos proetarras, cobran 1,5 millones de pesetas menos que los funcionarios autonómicos y no ven clara la salida a su situación.
Es un colectivo formado por unas 900 personas, repartidas en 30 oficinas del País Vasco, que sufre las consecuencias de un conflicto político entre dos administraciones públicas, la vasca y la central.
El Gobierno vasco sigue con esos 900 funcionarios la misma política que ha utilizado con el Concierto, el todo o nada. Es decir, o el Concierto iba con la participación en Europa, o nada. Y se ha quedado, de momento, en nada. Con la transferencia del Inem plantea lo mismo, sólo que en esta ocasión hay 900 personas sufriendo desde hace veinte años las consecuencias de la falta de entendimiento.
El responsable del área de Empleo de UGT y portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Llodio, Raúl Arza, le recuerda al Gobierno vasco que detrás de la transferencia de empleo 'hay cara y ojos', como suele decir el lehendakari Juan José Ibarretxe, y que esas 'caras y ojos no tienen la culpa de nada'.
Hacia fuera, hacia los usuarios del servicio, es decir los parados, las consecuencias tampoco se pueden trivializar. De momento la planificación de la formación ocupacional para Melilla, Ceuta y el País Vasco se hace desde Madrid, a casi 400 kilómetros de donde se encuentran los parados que la van a recibir, y lejos también del contacto con las necesidades propias de cada provincia o cada pueblo. El resto de las comunidades ya lo hacen desde dentro, al haber sido transferida esa competencia.
Pero ése no es el único problema, ya que las políticas activas del Inem, es decir los contratos, demanda y oferta de empleo, además de los talleres y ayudas, están en proceso de transpaso a prácticamente todas las comunidades autónomas. Euskadi, que pudo ser la primera en poder diseñar este tipo de políticas , volverá a quedarse sóla con Ceuta y Melilla hasta que algún día cambie el concepto político de Caja Única y se pueda desatascar el problema.
Organismos paralelos
El dirigente ugetista Raúl Arza destaca además que existen vías para solucionar el problema de este colectivo de trabajadores, como los convenios de gestión, previstos en el propio Estatuto de Gernika, que permitirían disponer de la competencia en Euskadi hasta desbloquear el otro problema. Mientras tanto, el Ejecutivo vasco 'sigue creando organismos paralelos relacionados con el empleo como Egailan, Langai, Auzolan, o los servicios de Orientación y el Consejo Vasco de Empleo
El sindicato UGT, con el apoyo de CCOO, puso en marcha el pasado año una campaña entre los trabajadores del Inem de la comunidad autónoma para exigir a ambas administraciones un acuerdo para el traspaso de la competencias de empleo. No ha tenido efecto alguno.
Los trabajadores del Inem expusieron su problema en una carta, tanto al lehendakari Juan José Ibarrretxe, como al Delegado del Gobierno, Enrique Villar. Ninguno respondió y el colectivo sigue en la misma situación de 'exclusión personal y profesional'. Como ejemplo, el Inem 'ni siquiera está presente en la Mesa por el Empleo de Vizcaya', cita Arza.
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