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El cirujano que atendió a Débora fue penado por dañar la cara a una modelo

La familia de la fallecida pide medidas para evitar que el médico huya

Gerardo Raúl Senderowicz Hendler, el médico que supuestamente intervino a Débora Catalán Gutiérrez, de 36 años, que murió el pasado viernes en un centro estético clandestino, fue condenado por un juzgado de lo penal de Madrid por una negligencia médica. Según informó la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), el facultativo intervino en 1999 a una modelo de pasarela para realizarle un lifting -estiramiento de piel- y le seccionó un nervio facial que le produjo una desviación en la cara. Otra paciente de Senderowicz fue ingresada en la clínica Ruber Internacional hace cinco años, al sufrir graves convulsiones después de que el mismo colegiado le sometiera a una lipoescultura.

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La intervención a la modelo, cuyo nombre se ha mantenido en secreto para preservar su intimidad, se efectuó en 1999 en una clínica odontológica ubicada en el número 29 de la calle del General Moscardó (Tetuán), según consta en una reclamación enviada a la Consejería de Sanidad. La paciente se sometió a un estiramiento de piel por el que pagó un millón de pesetas. Al comprobar los resultados, se dio cuenta de que Senderowicz le había seccionado un nervio facial que le provocaba tener la cara torcida. 'La modelo llegó a decirle que cómo la operaba en una consulta de un dentista, como era la de General Moscardó, a lo que el médico respondió que peores eran los quirófanos de la Segunda Guerra Mundial, cuando se operaba en garajes sin condiciones sanitarias', comentó la secretaria general de Avinesa, María Antonia Moral.

La paciente llevó el caso a los tribunales y solicitó una indemnización de 25 millones de pesetas. El fallo en primera instancia reconoció la negligencia médica, pero redujo la compensación económica a nueve millones de pesetas, según informó Moral. La modelo ha recurrido la sentencia ante la Audiencia Provincial de Madrid, que todavía no se ha pronunciado sobre el caso.

Sin licencia

La afectada también mandó un escrito a la Consejería de Sanidad el 1 de julio de 1999 en el que le informaba de lo sucedido. El Gobierno regional le respondió seis días después que Gerardo Raúl Senderowicz posee el título médico expedido por la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Y la consejería añadía: 'Con fecha de 28 de febrero de 1995, la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad y Consumo resolvió reconocer su derecho a ejercer como médico general en España. Existe, debidamente autorizado y registrado en este servicio, un consultorio odontológico y de medicina general, sito en la calle del General Moscardó, 29, de esta capital, cuya titularidad corresponde a Ciencia Médica Integrada, SL, representada por Fernando Silva Loaiciga. Las actividades para las que está autorizado exclusivamente son odontología y consultas de medicina general', concluye la respuesta de Sanidad. De esto se deduce que Senderowicz no podía hacer intervenciones de estética.

El caso de la modelo no es el único en el que se ha visto envuelto Senderowicz. Según informó ayer la cadena SER, una paciente ingresó hace cinco años con graves convulsiones en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de la clínica Ruber Internacional, tras ser intervenida por este facultativo. La mujer presentó denuncia ante el Colegio Oficial de Médicos.

Los hechos ocurrieron en abril de 1997. La mujer, cuya identidad ha sido preservada por el momento, fue operada de una lipoescultura en la clínica Ciencia Médica Integrada, en la calle del General Moscardó. Horas después ingresó en la UCI con convulsiones y con una infección generalizada de carácter grave, que podía haberle costado incluso la vida.

La paciente aseguró que Senderowicz se negó a atenderla cuando le llamó para contarle su estado tras la intervención. Al estar falta de recursos económicos, la mujer se conformó entonces con una indemnización de 300.000 pesetas que le ofreció el médico. Pero ahora baraja llevar su caso ante los tribunales.

La secretaria general de Avinesa calificó de 'lamentable' que este médico siguiera ejerciendo la profesión a pesar de haber cometido tantas irregularidades en su actividad. De hecho, pidió 'mayor celo' a los fiscales y a los jueces para acabar con este tipo de hechos. 'Después de cerrar la clínica de General Moscardó, estuvo trabajando en otra de la calle de Orense antes de irse a la de Maldonado [en la que murió Débora Catalán el pasado viernes]. Deberían haberle seguido la pista', concluyó Moral.

El Colegio Oficial de Médicos abrió un expediente a Senderowicz y solicitó que presentara determinados informes sobre ambos casos, pero el facultativo hizo caso omiso a las peticiones. Este hecho ha demorado su tramitación. El caso lo está estudiando el comité deontológico, sin que hasta la fecha lo haya resuelto.

Este periódico intentó, sin éxito, recabar durante todo el día la versión del facultativo.

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