Aznar encarga un plan a Arenas para derrotar a los 'barones' del PSOE

José María Aznar persiste en su objetivo. Paso a paso, obsesión a obsesión. El presidente quiere ahora, con el nuevo mandato que le han dado los compromisarios de su partido para los próximos tres años, que el PP arrebate al PSOE alguno de sus tres feudos históricos. El presidente ha encargado a su secretario general Javier Arenas que vuelque toda la maquinaria del partido para derrotar a alguno de los tres barones autonómicos socialistas que no han perdido jamás unas elecciones en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura.

Aznar cree que el legado de poder que heredará su sucesor aún no ha tocado techo. El presidente del PP ha fijado los deberes para los responsables del aparato del partido en los próximos tres años, antes de formalizar su retirada de la política nacional en el XV Congreso que el partido celebrará en enero de 2005. Aznar quiere que el PP crezca más. En número de militantes (ha aumentado 48.000 en estos tres años y ya está por encima de los 630.000) y en el gobierno de las instituciones.

El PP resolverá la elección de sus candidatos autonómicos y locales en los congresos de otoño (septiembre y octubre de 2002) y afrontará después el reto de las elecciones municipales de mayo de 2003 con el objetivo de presentar más listas que en las anteriores (7.200), especialmente en el País Vasco. Incluso aliados en algún caso con el PSE si no es posible tramitarlas por separado, aunque nunca con el PNV, según admitió ayer Arenas.

Pero la gran tarea en esa contienda electoral está fijada en las comunidades autónomas. El PP obtuvo buenos resultados en 1999, con el control del poder en nueve autonomías. Una serie de pactos poselectorales del PSOE con partidos progresistas dejaron después a los populares sin el Gobierno de Aragón y Baleares. Arenas anticipó ayer que en las autonómicas de 2003 el PP tendrá que aumentar la holgura de esas mayorías para evitar que pactos de fuerzas minoritarias les arrebaten el gobierno.

El secretario general del PP reveló así que para su formación es algo más que una meta conseguir que se produzca por primera vez la alternancia en Extremadura y Castilla-La Mancha, y luego en Andalucía. El PP apoyará al máximo a sus candidatos en esas regiones para intentar al menos un cambio de gobierno en uno de esos tres bastiones socialistas.

Para Aznar, y para Arenas por razones más particulares, Andalucía es la prioridad. El PP ya tiene decidido que la candidata vuelva a ser la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez. Los sondeos y los datos que maneja Arenas le indican que existe alguna posibilidad de derribar al PSOE aunque Manuel Chaves repita como candidato. Pero esos comicios son los más lejanos en el tiempo, ya que coincidirán con las generales de 2004. Antes, en mayo de 2003, se dilucidará la opción de destronar a Juan Carlos Rodríguez Ibarra en Extremadura o a José Bono en Castilla-La Mancha. El candidato del PP en Extremadura será el actual presidente del partido, Carlos Floriano, uno de los jóvenes valores del partido, perteneciente también al clan de Becerril que patrocina Alejandro Agag, y al que se quiere proyectar en los próximos meses.

En Castilla-La Mancha no hay una decisión tomada. El presidente y anterior candidato, Agustín Conde, cuenta con pocas posibilidades y no se descarta una sorpresa. En el PP mantienen que su distancia con el PSOE en esas tres comunidades es mínima y podría producirse un vuelco.