El ministro Cañete evita pronunciarse sobre las medidas que el sector porcino afectado por la peste pide a la UE
El consejero de Agricultura de la Generalitat, Josep Grau, reiteró ayer al ministro del sector, Miguel Arias Cañete, la necesidad de poner en marcha las medidas de mercado para hacer frente a los efectos económicos del nuevo brote de peste porcina clásica aparecido en Cataluña el pasado 7 de diciembre. Era ya la quinta vez que se elevaba esta propuesta al ministerio, la primera que se hacía en persona, pero Cañete tampoco le dio una respuesta concreta. El ministro se comprometió a estudiar la situación y a decidir esta semana si solicita a la Unión Europea el establecimiento de las medidas de mercado en la comarca de Osona, donde se han declarado nueve focos de peste porcina clásica y en la actualidad hay más de un millón de cerdos inmovilizados. Grau y Cañete se encontraron ayer en Sevilla en la firma de un acuerdo para promocionar el aceite de oliva español.
'Nuestros cerdos se han convertido en moneda de cambio para los políticos'. Con esta contundencia denunciaba un ganadero el hecho de que el ministerio ignore las reiteradas demandas de que pida a Bruselas la aplicación de las medidas de mercado. Lo hacía rodeado de un centenar de ganaderos de Osona que se reunieron ayer en un acto reivindicativo ante la delegación en Vic del Departamento de Agricultura (DARP). Su objetivo, inmovilizar simbólicamente la sede para llamar la atención de la opinión pública ante la difícil situación que estan sufriendo a raíz de la peste porcina.
A medida que pasaban las horas aumentaba el número de manifestantes y se caldeaba el ambiente. 'Es intolerable, las medidas de mercado estan previstas en la Organización Común de Mercado del sector porcino y se han aplicado ya en otros países. ¿Es que Cataluña no es Europa?', decía uno. El temor ante la inmovilización de los cerdos es múltiple. Por una parte, crece el riesgo de que el virus de la peste se extienda. Por otra, el peso económico que supone para los ganaderos es asfixiante. La misma asfixia que padecen los animales en las granjas, donde el espacio es ya insuficiente.
Cuando los ganaderos se disponían a envolver la sede del DARP con una cinta plástica, los Mossos d'Esquadra -que habían acudido al lugar con dos furgonetas antidisturbios- impidieron que pasasen. Finalmente, se permitió el paso a unos cuantos ganaderos para que procedieran a la inmovilización. Hoy por la mañana, al más puro estilo argentino, los ganaderos efectúan una nueva protesta. Esta vez una cacerolada, y estudiarán también la posibilidad de concentrarse el próximo jueves en Barcelona ante la Delegación del Gobierno y en la plaza de Sant Jaume.
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