Una exposición revisa los cambios en la España de comienzos del siglo XX
'Regeneración y reforma' abarca desde el desastre de 1898 hasta la I Guerra Mundial
Los proyectos de regeneración y reforma, el papel de los intelectuales tras el desastre de 1898, los cambios económicos y los movimientos sociales y el comienzo de una nueva política de masas son los ejes de la exposición Regeneración y reforma: España a comienzos del siglo XX, inaugurada en Madrid hace unos días. La muestra cierra un ciclo que comenzó en 1997 con Cánovas y la restauración y continuó en 2000 con Sagasta y el liberalismo. El proyecto de una muestra sobre el reinado de Alfonso XIII, cuyo comisario iba a ser Javier Tusell, ha quedado en suspenso.
'Tras el desastre se produce una eclosión de cambios y España entra en el siglo XX en plena transformación', afirma Javier Moreno, comisario junto a Mercedes Cabrera de la exposición Regeneración y reforma, abierta en la sede madrileña del BBVA (paseo de la Castellana, 81) hasta el 17 de marzo y que en abril y mayo se exhibirá en Bilbao. 'Del clima regeneracionista ha quedado en la memoria sobre todo su vertiente catastrofista y dolorida, que ha conseguido ocultar los diversos cambios, novedades y proyectos de reforma política y social que llenaron la primera etapa del nuevo reinado [de Alfonso XIII]', escriben los comisarios en el catálogo.
La exposición está organizada en cinco apartados que recorren otras tantas salas. Cuadros de Ramón Casas, Sorolla, Zuloaga, Regoyos y Arteta; esculturas de Benlliure, Querol y Victorio Macho; fotos, dibujos y una variada serie de objetos y documentos -periódicos, manuscritos, cartas, la reproducción del despacho de Antonio Maura, las gafas y el atril de Unamuno, el pupitre ergonómico de la Institución Libre de Enseñanza, el diseño original de la ikurriña, la espada del general Polavieja, el reloj que llevaba Canalejas cuando fue asesinado ...- , así como dos audiovisuales completan la muestra.
La figura del intelectual
El nacimiento de los intelectuales da comienzo a la exposición. Los institucionistas aparecen representados por Francisco Giner de los Ríos, la generación del 98 por Unamuno, los regeneracionistas por Joaquín Costa y la generación de 1914 por José Ortega y Gasset, de quien se exhibe un retrato realizado por Sorolla en 1918 y que ha sido prestado por la Hispanic Society. 'El desastre, con la evidencia de improvisación, hueco patrioterismo, constituyó la salsa en la que se fue concibiendo la figura del intelectual como nuevo sujeto que está ahí para protestar contra los políticos y proponer al tiempo medidas regeneradoras para la nación', escribe el historiador Santos Juliá en el catálogo.
La agricultura, la segunda revolución industrial centrada en la ría de Bilbao, la minería, la banca, el asociacionismo empresarial y los movimientos obreros ilustran la segunda parte de la exposición, sobre Cambios económicos y fuerzas sociales.
En las salas dedicadas a Los conservadores y la revolución desde arriba y El nuevo liberalismo se establece un diálogo, en paredes enfrentadas, entre ambos partidos, representados por Antonio Maura y José Canalejas, respectivamente. Cierra la muestra el apartado dedicado a La política de masas, centrado en los republicanos, los socialistas, los nacionalistas catalanes y vascos.
El catálogo incluye ensayos de Santos Juliá, Eugenio Torres, Rafael Cruz, Francisco Comín, Feliciano Montero, María Jesús González, Javier Moreno, Manuel Suárez, Borque de Riquer, Javier Circuera y Pilar de Miguel, quien ha intervenido en el montaje como asesora artística.
Regeneración y reforma cierra, según se dijo en la presentación en Madrid, el ciclo de exposiciones históricas organizadas por la Fundación BBVA en colaboración con el Ministerio de Educación y Cultura.
En principio, estaba previsto realizar un cuarto montaje sobre el reinado de Alfonso XIII (Regeneración y reforma abarca de 1902 a 1914), cuyo comisario iba a ser Javier Tusell pero el ministerio ha rechazado el proyecto. Según el historiador, la propuesta fue enviada a Cultura, pero finalmente la ministra, Pilar del Castillo, no la firmó. 'No tengo más que motivos de agradecimiento para la Fundación BBVA y para aquellos que propusieron mi nombre, que eran historiadores, y considero que el que el ministerio haya suprimido la exposición está en directa relación con haber sido firmante del manifiesto contra la LOU, a no ser que se me dé otra explicación', afirma Tusell. 'Tengo motivos para considerarlo una operación de castigo', concluye el historiador.
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