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Reportaje:

Los libros no salen del 'armario'

La única librería de temas homosexuales del País Vasco cierra por falta de clientes

La Librería de Babel ha tenido dificultades para encontrar en más de tres años clientes capaces de atreverse a comprar una camiseta con el lema 'Yo no soy gay, pero mi novio sí', como la que colgaba de sus estanterías el día que abrió sus puertas en Bilbao. La primera y única librería de temas homosexuales del País Vasco cerrará a finales de febrero por falta de usuarios. Jesús Villacorta, su joven propietario, trata de explicarse por qué no ha funcionado un establecimiento que la capital vizcaína demandaba. 'Si supiera el motivo no habría llegado a este punto sin retorno. Quizá una mala gestión o que no se pueden vender libros en exclusiva de tema gay. Casi todas las librerías tienen el respaldo de editoriales o de distribuidoras. Hay muy pocas que sean independientes como ésta'.

Haciendo cábalas, Villacorta concluye que si el 46% de la población no lee un libro en su vida y el 10% de ella es homosexual, la clientela potencial de su librería se reduce a un 5%. Resulta evidente que el local ubicado en la calle Pelota, en el Casco Viejo, es una librería peculiar. Su nombre tampoco fue elegido al azar. Uno de los cuentos más celebrados del escritor argentino Jorge Luis Borges es La Biblioteca de Babel. Así que, cuando Villacorta tuvo que poner un nombre a su sueño pensó que esa biblioteca de ficción podría haber albergado narraciones homosexuales.

En sus estanterías, colocó títulos de autores homosexuales tan dispares como Truman Capote, Ralf Köning, Virginia Woolf, Juan Antonio de Villena o Nazario, junto a fotografías de Piérre Gilles o Wilheim Von Gloden. Con el tiempo, fue ampliando la oferta e incorporó otros autores que podían servir de reclamo al posible lector. La lista es interminable. 'Yo quería que la gente se sintiera a gusto. Era un negocio pero también un establecimiento como los que encuentras en otras ciudades. Muchos de sus clientes son del País Vasco, así que parecía claro que aquí había espacio', señala Villacorta. 'Con la Librería de Babel los libros querían salir del armario . La realidad parece haber demostrado que todavía hay muchos muros que derribar. A muchos les da corte al principio. Algunos tienen que vencer el miedo a que les vean. Hay de todo. Luego, entre los que entran hay los que van directamente a los vídeos y las revistas y se van sin comprar. Otros, desde que el primer vistazo te das cuenta de que vienen a adquirir un libro. El cliente mayoritario es gay pero también hay heterosexuales. Gracias a los primeros la librería ha aguantado este tiempo'.

Cuando Villacorta abrió el establecimiento, jugaba con la idea de que la próxima librería de temas homosexuales estaría ubicada en pleno corazón de la capital, en la Gran Vía. Más de tres años después, cuenta con nostalgia los días que le quedan para contemplar definitivamente como se desmorona su sueño. 'No tengo resentimiento contra los gays ni contra nadie. No sería justo. Lo cierto es que siempre da tristeza cerrar una librería'.

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