La huelga de médicos sobrevuela la sanidad valenciana

El pasado 12 de enero, la delegación valenciana de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) -que se arroga una representación del 30% de los facultativos- le metió el miedo en el cuerpo a la Consejería de Sanidad con una amenaza de huelga indefinida para el 13 de febrero. Los médicos alegaban que el acuerdo que puso fin a la anterior movilización, que mantuvieron contra el último Consell socialista de Joan Lerma y que pactaron con el primer Ejecutivo de Eduardo Zaplana, firmado en 1995, no se ha cumplido, fundamentalmente en dos aspectos: el retributivo y el de perfilar una carrera profesional.

Uno de los puntos que puso fin a la huelga fue el aumento de sueldo de los facultativos. Frente a las peticiones de un incremento de 100.000 pesetas mensuales, el acuerdo estableció una subida de 46.000 pesetas y la negociación de 'futuros incrementos en los ejercicios de 1996 y 1997 para personal facultativo'. Este último aspecto no se produjo, señalan, por lo que los médicos piden al Consell subidas salariales para situar a los médicos valencianos en sueldos de 60.000 euros al año -10 millones de pesetas- frente a la media de 33.000 euros que cobran actualmente -5,5 millones de pesetas-, según afirma el sindicato de médicos. En sus demandas, la CESM, que en la Comunidad Valenciana lidera Andrés Cánovas, destaca que los sueldos de los facultativos europeos son muy superiores y que pueden llegar a los 100.000 euros anuales en Austria, a 87.000 en Bélgica o a 79.000 en Francia, por lo que pretenden situarse en unas condiciones retributivas similares.

Otro de los puntos de discordia es el referente a la carrera profesional. El pacto alcanzado con el Partido Popular establecía en su punto noveno que la Consejería de Sanidad se comprometía a crear 'con carácter inmediato, grupos de trabajo para el estudio y establecimiento de la promoción profesional, con el objetivo de hacerla operativa para el año 1997'. La consejería está estableciendo contactos con el Colegio de Médicos para abordar la carrera profesional -un incremento salarial vinculado a los años trabajados por el facultativo- aunque estas conversaciones se encuentran en un estado embrionario. Además de estos aspectos, las reclamaciones afectan a cuestiones como la jornada de 35 horas semanales o la aplicación de la directiva europea sobre salud laboral.

Para la Consejería de Sanidad, que dirige Serafín Castellano, sin embargo, no hay razones para que los médicos lleguen al extremo de solicitar sus reivindicaciones a través de una huelga. De igual opinión son algunos de los principales sindicatos de la Comunidad Valenciana. CC OO, por ejemplo, admite a través de su responsable de Sanidad, Tere Conca, que es cierta la pérdida de poder adquisitivo de los médicos, pero en niveles similares a los que afectan a otros colectivos sanitarios, por lo que las peticiones de los facultativos se deberían solventar por la vía de la negociación colectiva. 'La congelación salarial afecta a todos los empleados públicos', apunta. Juan Benedito, responsable del Simap, colectivo integrado, como el convocante de la manifestación, por médicos, también se muestra contrario a la huelga 'y más cuando se plantea por reivindicaciones económicas'. Además, la califica de 'farol', que incluso puede estar pactado por el Consell. En la oposición a la huelga coincide Miguel Usó, responsable de Sanidad de UGT, quien considera que la medida planteada por los médicos es consecuencia de los acuerdos 'mal pactados' de la 'huelga política' que se le planteó al PSOE en 1995.

De la reunión que mantendrá el sindicato médico con la Administración valenciana la próxima semana dependerá si los médicos materializan su amenaza o dan marcha atrás en su apuesta por la huelga indefinida..