El hospital de Manresa aplica la telerradiología para su servicio nocturno

Tres años atrás, el doctor Joan Giménez atendía desde su lugar de vacaciones en el Pirineo una docena de casos del hospital de Manresa, que necesitaban urgente exploración radiológica. La distancia entre el doctor y los pacientes era de 300 kilómetros.

Giménez accedía desde su ordenador portátil a una página web con las imágenes TAC (Tomografía Axial Computerizada) de los pacientes, y escribía su informe, que llegaba al instante al médico de urgencias que había solicitado la exploración unos minutos antes.

Desde entonces, los radiólogos del Centro Hospitalario Unidad Coronaria de Manresa (CHUCM) cubren las guardias de radiología en cualquier parte donde haya un ordenador y conexión a Internet, gracias a un sencillo sistema desarrollado conjuntamente con el departamento de informática.

Una noche cualquiera, o un fin de semana, explica el doctor Giménez, 'llega un enfermo con un dolor abdominal y el médico de urgencias pide una exploración. Avisan por teléfono al radiólogo de guardia y le explican qué le ocurre al paciente... Cuando nos llaman nos ponemos en contacto con el técnico de radiología y le decimos el tipo de escáner que tiene que hacer. Terminada la exploración, un programa se pone en marcha y él solito cuelga las imágenes en Internet'. En menos de un cuarto de hora el médico accede a la página con los resultados del escáner y escribe su informe.

Antes, los pacientes de urgencias necesitados de un TAC eran enviados a Barcelona, a 70 kilómetros, ya que el centro no tiene presupuesto para un radiólogo de guardia. Ahora se hacen al menos una docena de exámenes de este tipo cada fin de semana.

A diferencia de otros sistemas de radiología a distancia, más caros y con mayores requerimientos técnicos (como el ancho de banda para enviar las imágenes), en el montaje doméstico de Manresa basta con una conexión a Internet normal, explica Giménez, de 35 años.

El coste que había que reducir por un sistema accesible desde cualquier parte fue rebajar la resolución de las imágenes. 'Teníamos que llegar a un equilibrio entre el tamaño de la imagen y la calidad', explica Giménez. 'Se me ocurrió que las imágenes comprimidas podían ser útiles'.

Las imágenes de un escáner son inmanejables desde conexiones normales a la red ya que pesan en torno a 500 KB, 20 veces más que las fotos de un periódico en Internet. Y una exploración con TAC suele tener decenas de imágenes.

Adelgazando las imágenes en un factor 10 y utilizando un formato corriente como el jpg 'no se pierde calidad diagnóstica' y las imágenes son manejables (en torno a 50 KB).

Se ha eliminado la paja de las imágenes genuinas del escáner, explica Patxi Monne, responsable de informática del centro. La paleta de 4.096 grises en las fotos originales se ha reducido hasta los 256, porque nuestro ojo sólo distingue unas decenas de ellos.

Ocho médicos, cuatro del centro y otros cuatro externos, cubren actualmente las guardias de radiología. Uno de ellos realiza algunas desde Andorra. 'Es espléndido', señala Giménez, 'el TAC funciona las 24 horas; antes estaba cerrado por las noches y los fines de semana. Con este sistema cualquier hospital pequeño puede aplicar la telerradiología'.