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Recientes experimentos niegan la formación de neuronas nuevas

La neurogénesis en la corteza cerebral permitiría corregir defectos en el sistema nervioso

Los científicos siguen con atención la discusión que enfrenta a prestigiosos especialistas sobre si se producen neuronas nuevas en el cerebro de primates adultos, lo que tendría importantes repercusiones médicas. Nuevos experimentos de Pasko Rakic refutan observaciones de Elizabeth Gould de hace dos años que desafiaban suyas anteriores.

En 1999 un grupo de investigación dirigido por la estadounidense Elizabeth Gould afirmó haber comprobado la generación de neuronas en la corteza donde residen las funciones cerebrales superiores (el neocórtex) en macacos adultos. Con esta afirmación, basada en experimentos realizados en la Universidad de Princeton y publicados en la revista Science, Gould no sólo atacaba un dogma de la neurología sino que abría la puerta a la posibilidad de reparación cerebral en el caso de accidentes o enfermedades neurodegenerativas como el parkinson o el alzheimer. Si se producen nuevas neuronas espontáneamente existe la posibilidad de encontrar el proceso por el cual esto pasa y estimular su regeneración como tratamiento.

Sin embargo, la afirmación de Gould ha sufrido recientemente un duro revés. Pasko Rakic, de la Universidad de Yale, cuyas observaciones en macacos contribuyeron a la confirmación del dogma de que no nacen nuevas neuronas en el cerebro adulto en los mamíferos ha hecho sus propias observaciones en macacos, reproduciendo las de Gould, y no ha encontrado lo mismo que ella. El dogma ya había sufrido dos embates: se ha comprobado la neurogénesis en dos órganos especializados del cerebro: el bulbo olfatorio, relacionado con el sentido del olfato, y el hipocampo, relacionado con los nuevos recuerdos, pero la corteza cerebral es otra cosa.

Rakic, al comunicar junto a David R. Kornack los resultados de sus experimentos también en la revista Science (7 de diciembre de 2001) ha dejado clara su opinión sobre el trabajo de Gould. 'Una reciente afirmación de que nuevas neuronas se están añadiendo continuamente al neocórtex de los monos macacos adultos tiene profundas implicaciones en la comprensión de los mecanismos celulares de las funciones cognitivas superiores. Hemos buscado neurogénesis en macacos adultos (...) las células [marcadas con un tinte] han sido identificadas como no neuronales, y la evidencia de neuronas de nueva generación se limitó al hipocampo y al bulbo olfatorio. Nuestros resultados no apoyan la pretensión de que la neurogénesis es normal en el neocórtex adulto en primates'. Dado el prestigio de Rakic, el golpe a los resultados de Gould es fuerte, aunque sólo nuevos experimentos aclararán la cuestión.

La neurogénesis no puede considerarse sólo un tema de discusión entre científicos especializados. Interesa prácticamente a todo el mundo, como explica Carlos Belmonte, director del Instituto de Neurociencias de Alicante. 'Ahora se está hablando mucho de las posibilidades que ofrecen las células madre embrionarias para desarrollar órganos y tejidos y reparar los dañados pero hay que darse cuenta de que su utilización en el cerebro no es tan sencilla ni mucho menos', comenta. 'Las células cerebrales están conectadas de forma muy precisa y sofisticada, y su regeneración desde fuera sería muy difícil. Si junto a las neuronas lesionadas existieran células del propio sistema nervioso sin expresar y se pudieran estimular desde dentro y en el lugar exacto, eso sería mucho más importante que las células madre'.

La opinión de Belmonte es que como sucede con casi todos los dogmas, el de que no se forman nuevas neuronas en el cerebro adulto no es del todo cierto y que puede existir cierta capacidad regenerativa mas o menos expresada, lo que abre posibilidades importantisimas de cara a poder corregir defectos en el sistema nervioso.

La diferencia de resultados en los experimentos de Gould y de Rakic puede deberse a que Gould analizó mal lo que vio, ha declarado Kornack a The New York Times. Ambos equipos utilizaron la misma técnica, un tinte que se incopora al núcleo de células nuevas. Sin embargo el núcleo tintado puede pertenecer a las muchas células cerebrales que no son neuronas. Con un microscopio especial, dice Kornack, ellos vieron que todos y cada uno de los núcleos eran de células distintas de las neuronas. A esto ha contestado Gould que ella también utilizó este microscopio y desechó las falsas neuronas. Sin embargo, otros expertos, como David Anderson, de Caltech, se han mostrado ahora más a favor de Rakic que de Gould.

Cuando Gould en 1999 hizo la temeraria afirmación de que se añaden continuamente nuevas neuronas en tres áreas del neocórtex y que éstas 'parecen originarse en la zona subventricular y migrar por la materia blanca al neocórtex donde desplegaron axones', algunos colegas ya pusieron en duda su técnica, recordaron que 'afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias' y señalaron que para que las conclusiones finales se mantengan cada eslabón de la cadena debe mantenerse y esto no se produce en el trabajo de Gould.

Neuronas interconectadas
Neuronas interconectadas

Implicadas en la memoria

Elizabeth Gould, de 39 años, la investigadora a la que algunos neurólogos exigen que demuestre la regeneración de neuronas en la corteza cerebral, un desafío al dogma básico de la neurología, fue fichada en 1997 por la universidad de Princeton tras haber publicado varios trabajos sobre la neurogénesis en el hipocampo de ratas, que no alcanzaron mucha atención. Ya antes, Fernando Nottebohm, de origen argentino, había descubierto en la Universidad Rockefeller (Nueva York), donde Gould fue becaria postdoctoral en los años ochenta, que existe neurogénesis en algunos pájaros adultos. Y mucho antes, en los años sesenta, otros científicos creyeron haber comprobado la neurogenésis en el bulbo olfatorio, el hipocampo e incluso el neocórtex en ratas y otros mamíferos, aunque se les prestó poca atención. Gould y también Fred Gage, del Instituto Salk, han avanzado en los últimos años haciendo experimentos en primates (incluidos los humanos) . Su interés por conocer qué pasa con las nuevas neuronas del hipocampo ha llevado a Gould a la hipótesis de que están implicadas en el mecanismo de la memoria y a comprobar que pueden resultar dañadas por el estrés y por un medio ambiente sin estúmulos, mientras que proliferan cuando los animales aprenden. En 2001, Gould y su equipo afirmaron que estas nuevas neuronas del hipocampo están implicadas, en las ratas, en la creación de los recuerdos que son importantes para la información temporal: 'Teníamos pruebas de que a las nuevas células les afectaba el aprendizaje y esto prueba que las nuevas células son necesarias para el aprendizaje', explicaba Gould el año pasado en la revista Investigación y Ciencia, y añadía que iba a iniciar nuevos trabajos en primates para confirmar que pasa lo mismo que en las ratas. Para Gould estar implicada en un posible cambio de paradigma es algo muy positivo para el avance de la ciencia.

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