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Los permisos de paternidad en el País Vasco se duplican en un año

Pese al crecimiento, sólo el 2,7% de los hombres deja el trabajo para atender a las criaturas

El País

Cerca de 300 padres dejaron unas semanas su trabajo para atender a las criaturas y se acogieron a la prestación de paternidad el año pasado, frente a los 144 que ejercieron este derecho en 2000. Vizcaya fue la provincia donde más crecieron las solicitudes de los padres, con un 77%, seguida de Guipúzcoa, que registró un aumento del 61% de los permisos de paternidad. Pese a la evolución positiva en el reparto entre padres y madres de las 16 semanas de permiso por el nacimiento de un hijo, sólo el 2,7% de los hombres opta por cambiar el trabajo durante unas semanas por la crianza.

En 2001, Vizcaya ha sido la provincia donde más ha crecido el número de padres que se han acogido a una baja paternal. La delegación del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en Vizcaya concedió el año pasado un 77% más de permisos de paternidad que en 2000. La misma tendencia al alza se registró en Guipúzcoa, donde el crecimiento fue del 61%. Sin embargo, en Álava el aumento interanual fue sólo del 5%. En este territorio, el despegue de las bajas paternales se dio entre 1999 y 2000, un periodo en el que los permisos solicitados por hombres crecieron de 15 hasta 41, un 36,5 %.

En Álava, la Seguridad Social pagó 5,8 millones de euros (965 millones de pesetas) por los permisos de maternidad y paternidad en 1999; en 2000 esta cifra aumentó hasta los 6,5 millones de euros (1.096 millones de pesetas) y el año pasado alcanzó los 7,1 millones de euros (1.196 millones de pesetas).

'La evolución es positiva. Con la Ley de Conciliación de la Vida Familiar y Laboral se da la posibilidad de que el padre y la madre se repartan más el tiempo de permiso', asegura la directora del INSS en Álava, Olga Hernando. El 7 de noviembre de 1999 entró en vigor la citada ley. Esta norma abrió la puerta para que los padres se impliquen más en la atención a los recién nacidos, aumentando de cuatro a diez semanas el permiso remunerado del que pueden disfrutar los hombres para cuidar de sus criaturas.

El Real Decreto 1251/2001, de 16 de noviembre, regula las prestaciones económicas de la Seguridad Social por maternidad y riesgo durante el embarazo. Esta norma ha flexibilizado aún más el reparto entre padre y madre de las 16 semanas de baja que fija la ley en España por nacimiento de una criatura. Y es que introduce la posibilidad de que uno de los dos trabaje a media jornada para poder atender al recién nacido, con lo que el periodo de permiso se prolonga hasta las 20 semanas. 'El Real Decreto permite compatibilizar el trabajo a tiempo parcial y el permiso de maternidad o paternidad', explica Hernando.

Lo que no han cambiado las leyes es la obligatoriedad de que la madre se coja las seis primeras semanas de baja. Además, es la mujer la que cede al padre el derecho de cogerse el permiso, por un máximo de 10 semanas. Tampoco ha crecido el periodo de baja que se puede disfrutar tras el nacimiento, que apenas llega a los cuatro meses. Salvo cuando el parto es múltiple, lo que prolonga dos semanas más el permiso. Y esto a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó un periodo de baja maternal de, al menos, seis meses.

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Con este panorama, las pretensiones de asociaciones como la bilbaína Haurdun o la donostiarra Zelaun, que luchan por un embarazo, un parto y una crianza más humanizadas, y que reivindican que debería remunerarse a las madres durante, al menos, el primer año de vida de las criaturas, parecen inalcanzables.

En España, sólo el 2% de los padres se acoge a la prestación por paternidad, un porcentaje que en Euskadi aumenta hasta el 2,7%. Un total de 296 hombres se acogieron a esa medida, frente a las 10.674 trabajadoras que lo hicieron en 2001. A años luz de países como Suecia, donde casi el 100% de las familias se reparte los permisos o de Noruega, donde siete de cada diez hombres lo hacen.

Pero siempre hay excepciones que confirman la regla. Es el caso de Jon Campillo, un auxiliar administrativo bilbaíno que solicitó un año de excedencia de un año para cuidar de sus dos hijas en 1997, según ha publicado el periódico Andra. Campillo cree que otros hombres no siguen su ejemplo por 'el miedo al qué dirán y miedo a no saber hacer bien las cosas'. O porque piensan que 'es una obligación de mujeres'.

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