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COYUNTURA INTERNACIONAL

'Stop' a los estímulos de Bush

Los planes del presidente para animar la economía no salen adelante

'Tendrán que pasar por encima de mi cadáver si os quieren subir los impuestos'. El presidente estadounidense, George W. Bush, ha dejado claro a sus conciudadanos que su recorte de impuestos no es, como dice la oposición, una de las causas de la recesión económica. La respuesta de los demócratas ha sido paralizar el plan de estímulos económicos del presidente Bush.

George W. Bush aprendió varias cosas de su padre, George H. Bush. Y a efectos de mantener el Despacho Oval, la más importante de ellas fue la de no descuidar el frente económico interno. Bush padre -el de la fatídica promesa electoral: 'Lean mis labios. No más impuestos'- culminó la guerra del Golfo en cotas de popularidad como las que ahora disfruta su hijo. Deslumbrado, no se movilizó cuando en la economía empezaron a pintar bastos, además de violar su promesa. Bill Clinton, un gobernador demócrata de un pequeño Estado pobre, le echó de la Casa Blanca. Tuvieron que pasar ocho años para que el hijo vengara al padre y, ahora, el nuevo Bush quiere poner en práctica la lección. 'Tendrán que pasar por encima de mi cadáver si os quieren subir los impuestos', ha dicho.

La economía norteamericana está en recesión, con una tasa de paro del 5,8%, acelerada por los ataques del 11 de septiembre. El presidente propuso un plan de estímulos económicos en octubre que se ha empantanado en el Congreso, después de que los republicanos lo mejoraran en la Cámara de Representantes con obscenos incrementos de las ayudas fiscales a las empresas y las grandes fortunas (desautorizados por la Casa Blanca) por los que no pasaron los demócratas del Senado. Tras semanas de agrios debates, los republicanos plegaron algunas velas, pero no las suficientes como para que la oposición cediera. Aun en su nueva versión -90.000 millones de dólares en este año, dentro de un plan de estímulos económicos de 214.000 en cinco años-, la oposición insistió en que estaba muy sesgado a favor del capital y no proveía lo suficiente para quienes perdieron sus empleos. Era inaceptable.

En año electoral como es el 2002, los demócratas quieren asociar a Bush con malestar económico. No aprobar su plan de estímulos es parte del acoso. Otra parte es el atribuir la recesión al recorte de impuestos patrocinado por el presidente. 'El 11 de septiembre y la guerra no son las únicas razones de que haya desaparecido casi por completo el superávit fiscal. Ni son las principales razones', ha dicho Tom Daschle, líder de la mayoría demócrata en el Senado, en una declaración pública de guerra política en la que propuso medidas alternativas a la generosidad fiscal republicana. 'La mayor razón es el recorte de impuestos'.

El recorte aprobado el pasado mes de mayo devuelve 1,35 billones de dólares a los contribuyentes en impuestos durante los próximos 10 años a cambio de convertir el superávit presupuestario en déficit, que seguirá aumentando en años sucesivos antes de volver a recuperarse. 'Los republicanos eligieron exactamente la solución equivocada', mantiene Daschle sin atreverse a citar a Bush por su nombre.

'Hay algunos en Washington que dicen que los recortes de impuestos provocaron la recesión. No sé qué libro de economía usan', le respondió Bush en un mitin en California, donde acusó a sus rivales de querer eliminar los beneficios fiscales. 'Eso es subir los impuestos. No acepto esa economía suya de que las subidas de impuestos ayudarán al país a recuperarse. Tendrán que pasar por encima de mi cadáver si os quieren subir impuestos'. La Casa Blanca va a volver a presentar el plan de estímulos económicos dentro de unos días, cuando se reanude la actividad en el Congreso, y si no pasa está pensando en introducirlo en los presupuestos.

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