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EL EURO EN LA CALLE

El éxito del euro anima a Suecia, Dinamarca y Reino Unido a convocar referéndum en un año

El peligro del redondeo al alza y su repercusión en la inflación es minusvalorado por Bruselas

Carlos Yárnoz

Los Gobiernos y las opiniones públicas del Reino Unido, Dinamarca y Suecia, los tres países de la Unión Europea que no participan en la moneda única, están cambiando radicalmente sus posiciones tras la exitosa introducción del euro en el resto de la UE. Los Ejecutivos sueco y danés acaban de anunciar la celebración de consultas populares el año que viene, y lo mismo ocurrirá en el Reino Unido, según comentó ayer el comisario de Exteriores, el británico Chris Patten. El porcentaje de británicos contrarios al euro ha descendido del 61% al 52%. 'La llegada del euro elimina incertidumbres y reduce los argumentos de los euroescépticos', afirmó ayer su colega de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes, en referencia a esos tres países.

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Las últimas encuestas son absolutamente elocuentes. En la última semana de diciembre, con los euromonederos en los bolsillos de los ciudadanos de la zona euro, ya superaban el 50% el número de habitantes de Suecia y Dinamarca a favor de la moneda única, rechazada en referéndum por los daneses en septiembre de 2000.

El ministro danés de Exteriores, Per Stig Moeller, ha declarado al diario Berlingske Tidende que habrá un nuevo referéndum en 2003 o comienzos de 2004. Dinamarca presidirá la UE el segundo semestre de este año, época en la que probablemente perderán aún más terreno los euroescépticos.

En Suecia, donde habrá elecciones el próximo septiembre, el primer ministro, Goran Persson, ha dicho que será el año que viene cuando los suecos voten sobre su incorporación a la moneda única. La incorporación al euro podría realizarse en 2005.

Pero en el principal país ausente de la Unión Económica y Monetaria, el Reino Unido, es donde se están produciendo los cambios más significativos. Según los últimos sondeos, ha descendido del 61% al 52% el porcentaje de británicos contrarios al euro. El británico Neil Kinnock, comisario para las Reformas, ya declaró en diciembre que Londres debe sumarse al euro por la misma razón por la que se integró en la Unión.

Ayer, Patten fue más lejos y calificó de 'inevitable' la adhesión británica al euro. Aseguró que participará activamente en la campaña del referéndum, que previó para 2003, y que, en contra de lo que sostienen los euroescépticos, el Reino Unido no perderá soberanía si se incorpora al euro, sino que la pierde ahora cada mes que pasa sin estar en la moneda única porque reduce aún más su capacidad de influencia en la UE. Kinnock y Patten suman así sus opiniones a la del ministro de Asuntos Europeos, Peter Hain, quien declaró la pasada semana que Londres no puede quedar aislada.

Dar ejemplo

El presidente de la Comisión, Romano Prodi, trató ayer con prudencia la cuestión. 'Lo que podemos hacer los demás al respecto es dar ejemplo y lo hemos dado con el éxito de la implantación de la moneda', señaló tras dejar claro su respeto a las decisiones que adopte cada país. Solbes fue más lejos: 'Pese al éxito, algunos se preguntan ahora qué pasará cuando el euro fracase dentro de unos años, pero ésa es una hipótesis que no contemplamos'.

El comisario español, no obstante, recordó ayer que, para incorporarse al euro, los países aspirantes deben cumplir los criterios de convergencia y permanecer dos años en el Sistema Monetario Europeo manteniendo unos tipos de cambio estables, pero Londres abandonó el SME en 1992.

Tanto Prodi como Solbes se presentaron ayer ante los periodistas exultantes y más que satisfechos por los resultados de la gran operación para introducir el euro. 'Nos debemos felicitar de nuestro éxito', comentó Prodi, 'pero, sobre todo, del éxito de los ciudadanos, que han acogido el euro con curiosidad primero y con gran entusiasmo enseguida', en un proceso que ya es 'irreversible'.

Los datos aportados ayer por la Comisión Europea son espectaculares. Sólo nueve días después de la puesta en circulación de la divisa europea, el 90% de las operaciones se hacen ya sólo en euros. En dos países, Holanda e Irlanda, la operación se da ya por finalizada, porque sus monedas nacionales ya han desaparecido casi en su totalidad, lo que ocurrirá este fin de semana en la mayoría de los otros diez países.

Problemas imprevistos

Entre los días 7 y 8 bajó un 4,8% la circulación de monedas nacionales (de 220.700 millones de euros a 210.100). Se han distribuido ya 6.000 millones de billetes de 5, 10 y 20 euros. La moneda única es manejada ya en 40 países y China, por ejemplo, ha anunciado que tendrá la mitad de sus reservas en dólares y la otra mitad en euros. Todos los cajeros automáticos de la zona euro suministran la divisa y, antes de fin de mes, todas las máquinas que funcionan con monedas estarán ya acondicionadas.

Semejante éxito ha originado algunos problemas imprevistos. Así, hay problemas logísticos tanto para el suministro y traslado de euros como para el almacenamiento de las viejas monedas. El peligro del redondeo al alza y su repercusión en la inflación está siendo minusvalorado por Bruselas, que, a la vez que exige a los ciudadanos una permanente vigilancia, destaca el ejemplo de Alemania, Bélgica, Italia o Grecia, donde los grandes almacenes han ajustado sus precios a la baja.

Solbes, presentado por Prodi como 'la voz del euro' pese a la ronquera que ayer sufría, restó importancia al actual valor del euro frente al dólar, pero enseguida auguró una evolución 'positiva'. 'Ya veremos el resultado final', comentó en una jornada en la que varios analistas internacionales insistieron en que la moneda europea está claramente infravalorada.

Un ciudadano turco mira los tipos de cambio en una oficina de Estambul, donde se anuncia la venta de euros.
Un ciudadano turco mira los tipos de cambio en una oficina de Estambul, donde se anuncia la venta de euros.AP

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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