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La pataleta de Telefónica Móviles

La suspensión de sus ventas en Alemania deteriora la imagen de la compañía española

La extraña medida de presión -que, como mínimo, fue autorizada por Telefónica Móviles- resultó contraproducente. Rara vez una empresa tan joven, en tan poco tiempo, había recibido tanta mala prensa. El tono con el que los periodistas alemanes han descrito este episodio es considerado 'alarmante' incluso en la central de Telefónica Móviles en Madrid. El Frankfurter Allgemeine Zeitung habla de una 'bufonada', el Financial Times Deutschland se mofa de 'las cafeterías menos rentables del mundo' (en referencia a las 15 lujosas megatiendas de Quam, en las que, por el momento, nada se vende, aunque sí se ofrecen capuccinos); y el Süddeutsche Zeitung titula con 'Concepto, ninguno' un análisis de la estrategia del consorcio. Ríos de tinta con muy mala leche, en suma. Y eso que la compañía, en la que Telefónica Móviles posee un 57,2%, y Sonera, un 42,8%, hace apenas unas semanas, el 22 de noviembre, que había empezado a operar con el respaldo de una campaña publicitaria cuyo coste supera los 50 millones de euros.

Extraña mucho que Quam haya suspendido su comercialización en plena campaña navideña. La época en que más móviles se venden

En esencia, Quam acusa a T-Mobil y D2 Vodafone, que se reparten por partes iguales cerca del 80% del actual mercado de telefonía móvil alemán, de retrasar conscientemente y de mala fe la posibilidad de conectarse con la nueva red. Como consecuencia, quien quiera llamar desde estas compañías a un usuario del consorcio hispano-finlandés, tiene que llamar a una operadora para que ésta establezca la conexión. Similares problemas sufre el envío de mensajes desde la red de Quam: también aquí hace falta recurrir a un intermediario, que toma nota palabra a palabra y luego procede a la transmisión. 'Como en los inicios de la telefonía', se burló el semanario Der Spiegel incluso antes de que Quam lanzara su órdago de parar las ventas. Claramente, así es difícil ganar, aunque sea unos cuantos de los siete u ocho millones de clientes con los que la compañía pretende hacerse a largo plazo.

Distinta lectura

Muy distinta es la lectura de T-Mobile y D2 Vodafone, que coinciden en señalar que Quam comunicó muy tarde y con excesiva informalidad su petición de que se estableciera la conexión. 'Esto no es una cuestión de 48 horas, como dice Telefónica Móviles. No basta con cambiar una palanca, hace falta adaptar todo nuestro sistema informático, administrativo y de contabilidad, y eso toma su tiempo', subrayan.

Hay versiones encontradas sobre el momento exacto en el que Quam comunicó su petición a ambas compañías. El consorcio sostiene que las primeras cartas en este sentido salieron el 15 de octubre y que no se pudieron enviar antes porque el regulador alemán aún no había oficializado que Quam operará con el 01505. D2 Vodafone y T-Mobil, por contra, mantienen que sólo fueron notificados entre finales de octubre y mediados de noviembre, y que es a partir de este momento que hay que comenzar a contar las entre 8 y 12 semanas requeridas para prestar el servicio. De hecho, el 15 de noviembre, T-Mobil comunicó a Quam que la conexión tan sólo sería posible a partir del 1 de febrero del 2002.

'Es obvio que no se pisa demasiado el acelerador a la hora de dar acceso a la red a un competidor', afirma Ralf Hallmann, analista de la Bangesellschaft Berlin. ¿Obstrucción, por tanto? Las entrevistas realizadas con todos los involucrados dejan serias dudas sobre esta tesis. De hecho, Quam, que está dirigida por Ernst Folgmann, consejero delegado de Group 3G, no ha logrado convencer de su posición ni al Ministerio de Economía alemán, ni a la Oficina Reguladora de las Telecomunicaciones y los Correos. Ambos organismos se han limitado a intentar mediar, pero no aceptan que se hable de distorsión de la competencia. Sobre todo el juicio del regulador tiene mucho peso: a su haber cuenta con un largo historial de enfrentamientos con el ex monopolio Deutsche Telekom. Lo que sucede, entonces, es que también las autoridades tienden a pensar que Quam avisó muy tarde.

Pero, aun si hubiese habido bloqueo, ¿por qué se optó por una medida de presión tan peculiar como es parar las ventas? 'Queríamos enviar una clara señal de que a nosotros no se nos puede tratar así', dicen en Quam. Esta postura da risa a un observador independiente: 'Huy, qué miedo. ¿Acaso creen perjudicar a T-Mobil y D2 Vodafone al dejar de vender contratos?'. A lo que remata un competidor: '¿Y este jueguito cuál es? ¿David contra Goliath?'. A todos extraña mucho, además, que Quam haya parado ventas en plena temporada navideña. Es la época en que más teléfonos móviles se venden.

Gato encerrado

Aquí hay gato encerado, se suele decir a continuación en Alemania. La primera explicación que se baraja es que Quam, en realidad, ha querido ganar tiempo y ocultar un supuestamente desastroso comienzo de ventas. 'No, no es cierto, tenemos muchos más que los 400 clientes que nos concede la agencia Reuters', responde la operadora, que, no obstante, declina cifrar exactamente cuántos son. La segunda explicación es que Telefónica Móviles y Sonera, sencillamente, quisieron dejar en claro que tiene que haber la más absoluta igualdad de condiciones para los seis grupos que adquirieron una licencia por 8.400 millones de euros, y, en un craso error de apreciación, desconocieron el riesgo de que esta medida podría ser percibida como una mera pataleta en la opinión pública alemana.

Las aguas, en todo caso, se empiezan a calmar. D2 Vodafone dió acceso a la red de Quam la semana pasada, mientras que T-Mobil lo hará en los primeros días de enero, tres semanas antes de lo inicialmente anunciado. Para Quam, esto prueba que las presiones, que incluyeron también visitas de los embajadores de España y Finlandia a la cancillería y el Ministerio de Economía en Berlín, 'han surtido efecto'. El consorcio hispano-finlandés, por tanto, muy pronto volverá a vender contratos. Tras semejante desastre de relaciones públicas, en muchos sentidos, tendrá que volver a comenzar desde cero.

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