Un nuevo pobre cada minuto

La consultora Equis ha realizado un estudio sobre la distribución del ingreso en Argentina, siguiendo las recomendaciones de Naciones Unidas, y arroja unas cifras que explican la aceleración de la crisis social.

Los 5,4 millones de habitantes que integran el 14,8% más pobre, disponen de un ingreso anual per cápita de 1.158 dólares -unas 219.447 pesetas- y una disponibilidad diaria de ingreso de 3,2 dólares. En el otro extremo, el 6,5% más rico (2,4 millones de habitantes) dispone de un ingreso anual per cápita de 34.878 dólares, es decir 95,6 dólares diarios. La brecha entre los hogares situados en los extremos de la pirámide social es 30 veces mayor.

Este estudio prueba también que Argentina vive la peor brecha de desigualdad de la que se tiene recuento estadístico en los últimos 26 años. Peor, incluso, que el de los años de la hiperinflación, de 1989 y 1990.

De una muestra de 85 países sobre la distancia que separa el PIB per cápita real del 20% más rico (21.268 dólares anuales) del 20% más pobre (1.450 dólares), Argentina ocupa el décimoquinto lugar. Le superan en desigualdad social Brasil (récord mundial), Guatemala, Panamá, Guinea Bissau y Lesotho, entre otros. Pero su índice de desigualdad es más alto que el de Rusia, México, Nigeria y Zambia. Más grave es el hecho de que Argentina experimentó la mayor ampliación de la fractura social de los últimos 26 años.

Recientes mediciones de la consultora Equis para el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires y de las proyecciones de la encuesta permanente de hogares del Instituto de Estadística indican que el 36,1% de la población del Gran Buenos Aires (capital y área metropolitana) vive bajo la línea de pobreza.

La información disponible muestra un marcado deterioro salarial de los trabajadores y empleados en general y de los más vulnerables en particular. Por ejemplo, el 13,1% de desocupación abierta del año 1994 suponía el 19% de la población del Gran Buenos Aires bajo la línea de pobreza. En octubre de 2000, el 14,7% de desempleo en la misma región representaba el 28,9% de los habitantes más pobres. La indigencia (hogares con ingresos insuficientes para acceder a la cesta básica de alimentos de 64,9 pesos mensuales) y la pobreza han crecido de manera significativa (1,1 y 2,7 puntos, respectivamente) durante el 2001.

En los dos años de Gobierno de Fernando de la Rúa se incorporaron a la pobreza 1.068.720 habitantes procedentes de la clase media baja regional, lo que da un total de 4,3 millones de pobres. Los indigentes aumentaron en 736.943 (en total 1,5 millones), la mayoría pobres estructurales.

Estas cifras dan el perfil de la pobreza más extendida en el país, los nuevos pobres, que proceden de la clase media y media baja. El estudio ha contabilizado un empobrecimiento de 1.464 personas por día, 61 por hora y una por minuto.