Una persona 'peligrosa'
Desde su ingreso en prisión provisional, el 9 de julio de 1999, Carlos Ruiz Santamaría se reveló como una persona 'muy peligrosa', según adivirtió el centro penitenciario de Valdemoro al pedir a la Audiencia Nacional que incrementara las medidas de seguridad en una de sus comparecencias. Desde la cárcel tenía amenazados a algunos de sus compinches, que cayeron con él en la Operación Temple.
Fuentes penitenciarias también detallan sus radicales cambios de humor, que se completan con manías, hiperactividad, y un desmesurado concepto de sí mismo. En este tiempo, ha seguido tratamiento con hasta siete medicamentos distintos entre antidepresivos y estabilizadores de ánimo. En su paso por prisión perdió 15 kilos de peso.
Carlos Ruiz había perdido completamente la ilusión de cualquier proyecto de vida, a pesar de su reciente matrimonio. Todo ello desembocaba en los últimos tiempos en una actitud de desgana y un estado de extrema depresión y una tristeza exagerada, convencido de que todos los suyos le habían abandonado.
El Negro, al que se conocía también como Pelopincho, era el contacto clave en España de la organización colombiana a la que el juez Blatasar Garzón intervino 10 toneladas de cocaína, el segundo mayor alijo capturado nunca en alta mar (seis toneladas). Ruiz decidía cuánta droga se introducía en España en cada operación y dividía los grandes alijos en cantidades medianas para repartir por la Península. Desde su posición, El Negro ponía en contacto al cartel colombiano con barcos pesqueros gallegos para el transporte de la droga a tierra desde los barcos 'nodriza'.
Colombiano según los últimos datos y mexicano en el momento de su detención en Madrid, El Negro esperaba ir a juicio el 14 de enero por seis delitos por los que el fiscal pedía para él 60 años de prisión y una multa de 69.000 millones de pesetas.
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