_
_
_
_
Reportaje:LA MONEDA EUROPEA

La convivencia de euro y peseta complica la adaptación de las máquinas expendedoras

Los fabricantes han probado sus validadores con todas las monedas acuñadas en las fábricas de moneda del euro. Más de un millón de cajas registradoras y balanzas han sido modificadas

Más de 500.000 máquinas de autoservicio y recreativas están a punto de sufrir un ajuste de tuercas para recibir al euro. La llegada de una nueva moneda es complicada y costosa para el sector del vending, por la dificultad del periodo de convivencia entre ambas divisas. Existen unos 80.000 expendedores de productos fríos, 90.000 de bebidas calientes, 150.000 máquinas de tabaco, 25.000 de aperitivos y otras 5.000 variadas. Es el parque español de máquinas de distribución automática, según la Asociación Española de Distribuidores Automáticos (ANEDA). Las recreativas, otras 220.000.

Los problemas de logística se multiplican: no sólo deben reconocer el doble de monedas que ahora, sino operar para devolver el cambio y llevar la contabilidad en ambas. Además, los sistemas deben rechazar, de un día para otro, la peseta.

Los cambios suponen una sangría económica. ANEDA calcula que el coste de actualización del parque será de unos 16.000 millones de pesetas y que unas 400 pymes de vending cerrarán, incapaces de afrontar el coste. Tecnológicamente, los fabricantes de los monederos (el corazón financiero de las máquinas) se han preparado para superar el reto. A cambio han obtenido unos enormes ingresos extra.

Unos y otros llevan más de un año preparándose para dos meses complicados. Para ayudarles, las fábricas de moneda de los países euro pusieron seis centros de prueba. Uno está en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. El tráfico por estos centros ha sido enorme. Cada país de la zona euro ha modificado el anverso de sus piezas para que incluya motivos nacionales. Y Alemania tiene cinco fábricas de moneda, que producen piezas ligeramente distintas. Así que no basta con probar una moneda de cinco céntimos. Hay que probar las acuñadas por cada una de las fábricas de cada uno de los países.

Se han oído algunas quejas por la permisividad de las directrices sobre los parámetros que deben cumplir las monedas. Estas máquinas identifican las monedas con sensores que las miden y pesan y con un software que compara los resultados con una base de datos de las monedas en circulación.

Más colas en las tiendas

El euro también ha obligado a transformar 850.000 cajas registradoras, terminales punto de venta y más de 300.000 básculas. Los dos primeros suponen un coste de 468,7 millones de euros y las básculas de 252,4 millones de euros, según el profesor José Ramón Santolalla, del comité del euro de Eurocommerce. Lo más costoso es adaptar el software de contabilidad y gestión, especialmente en máquinas con aplicaciones no estándar.

Para los comercios, lo peor vendrá el 1 de enero: un estudio de la CEC calcula que el tiempo de espera en las colas aumentará en cinco minutos y habrá un 3% de errores a favor del cliente. La cosa es complicada por la variedad de formas de pago: en euros, en pesetas, ambas combinadas, con tarjeta, con tarjeta y pesetas y con tarjeta y euros. También el 'apúntemelo que vuelvo mañana' y el móvil.

Los cajeros automáticos son harina de otro costal. La Confederación Española de Cajas de Ahorro, con 20.000 oficinas y 26.000 cajeros, ha calculado en 2,5 millones de pesetas por oficina el coste del cambio de moneda. El proceso incluye el software de los terminales, cajetines de dinero, transporte, almacenamiento de los euros y los seguros.

El 10% de los cajeros de la red de la CECA, el 1 de enero, sólo dispensará euros. A los dos días será el 82% y el 15 de enero, el 100%. Quien quiera introducir pesetas deberá buscar un cajero que todavía no opere en euros.

Dos empleados de una empresa de refrescos instalan el monedero electrónico en la máquina de bebidas.
Dos empleados de una empresa de refrescos instalan el monedero electrónico en la máquina de bebidas.CARMEN SECANELLA

Desfile de máquinas en la Casa de la Moneda

Por la Casa de la Moneda de Madrid han pasado cientos de fabricantes y distribuidores. Estaban las clásicas máquinas de refrescos y las recreativas, pero también otros en los que no se piensa: los gestores de las televisiones en los hospitales, de las velas eléctricas de las iglesias o los fabricantes de los moldes para monedas que usan, por ejemplo, los taxistas. Algunos prefieren probar monedas ya usadas, otros sólo prueban las de los países que más turistas envían a España. Sea como sea, todas las muestras han pasado por todas las máquinas. Jofemar es uno de los principales fabricantes españoles de monederos. Luis Moreno, uno de sus ingenieros de I+D, agotaba el 13 de diciembre sus últimas horas en la Casa de la Moneda. 'Hacemos dos tareas. Tomamos los datos de las monedas (peso, medida, diámetro, materiales, dureza) de los países para fijar los umbrales de tolerancia. Luego programamos el software para que sepa qué piezas debe aceptar'. Luis se explica mientras pasa monedas por la ranura del monedero y observa la pantalla de su portátil, repleta de combinaciones de números. Los monederos de Jofemar aceptan pesetas y euros. Para modificarlos sólo habrá que mover un pequeño interruptor, de forma que los días 1 de enero y 1 de marzo los técnicos no harán operaciones complicadas. Aun así, su jefe de ventas en Madrid opina que, para marzo, no estarán adaptadas ni la mitad de las máquinas de España. Muchos propietarios esperan al último momento y ahora empresas como Jofemar no dan abasto. Por esto, las máquinas de otros distribuidores sólo aceptan una u otra moneda. Cuando la presencia del euro aumente, transformarán los mecanismos de sus máquinas para que el parque en pesetas desaparezca paulatinamente. Las expendedoras automáticas comparten otra dificultad con las demás formas de venta. Los monederos no aceptarán las piezas de 1 y 2 céntimos de euro (las cabinas de teléfono, por ejemplo); así evitan dar cambio. Habrá redondeo, paliado con mayor cantidad de producto o de duración del servicio, acorde con el nuevo precio.

El euro en Internet

El 1 de enero llega el euro. Acompañará a la peseta en su despedida hasta el 28 de febrero. Después se quedará en solitario. Serán dos meses de convivencia entre ambas monedas. La certeza de que no hay vuelta atrás nos concienciará de que el euro existe. Aprenderlo todo sobre la moneda única no es aburrido, al menos en Internet. La introducción empieza por saber a cuántas pesetas equivale: 166, 386. En muchas páginas web, como en el Instituto Nacional de Consumo, se comparan las antiguas y las nuevas cifras de productos básicos. www.consumo-inc.es/euro/ principal.htm. La OCU explica la mayor complejidad del euro: los decimales. Conocer su valor real y saber cuándo se redondean al alza o a la baja evita sustos. También hay explicaciones sobre los cambios en compras de vivienda, alquileres, hipotecas, créditos, inversiones en Bolsa, etcétera. www.ocu.org Las páginas institucionales ofrecen información útil. En la web oficial española cuentan la transición a la nueva moneda y las leyes y compromisos que la sustentan en España. El Banco de España informa sobre el calendario o sobre dónde y hasta cuándo se cambian monedas gratuitamente. Y, si las dudas van de impuestos, el mejor sitio es la Agencia Tributaria. www.euro.mineco.es www.bde.es www.aeat.es A quienes les interesen las grandes líneas políticas, nada como consultar la UE. No olviden el Banco Central Europeo, la máxima autoridad sobre el euro y los tipos de interés. Además ofrece una excelente sección infantil. A los no tan pequeños les quedan las aventuras del Capitán Euro. Un héroe comunitario que, de momento, sólo habla inglés. http://europa.eu.int/euro/html/ rubrique-defaut1.html?rubrique= 224&lang=1 www.euro.ecb.int/es.html www.captaineuro.com Para las empresas que no se han preparado, la Secretaría General de la pyme presenta informes sobre la adaptación tecnológica de las compañías y los cambios contables, además de consejos para sectores muy afectados, como el turismo. La Cámara de Comercio e Industria permite realizar gratuitamente tests de diagnóstico sobre el estado de adaptación y sus carencias. Este servicio, de pago, abunda en Internet y también lo facilita la web oficial del Reino Unido. El país europeo que decidió no sumarse al euro cuenta con un buen servicio de información, eso sí, en inglés. www.ipyme.org/euro/index.htm www.camaras.org/nuevaweb/tau/ svc_euro/index.htm. www.euro.gov.uk Cajeras, empleados bancarios o comerciantes harán de tenderos y profesores. Muchas tiendas han suscrito un Código de Conducta (reconocible por una etiqueta en los escaparates) por el que se comprometen a dar formación a su personal y a no variar los precios de manera artificial. El código se encuentra en el sitio de los Eurogarcía. Televisión Española ha reservado un espacio web a los capítulos emitido sobre el euro; especiales que también contemplan muchos medios, como EL PAÍS. Porque en esto de la moneda única, hasta los más escépticos tienen sitio en la red. M. R. www.loseurogarcia.net www.rtve.es/tve/informa/euro www.euro-sceptic.org www.elpais.es/especiales/2001/ euro/index.html

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_