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Reportaje:TENDENCIAS

El dinero vuelve a casa por Navidad

No sólo los ciudadanos norteamericanos tienen miedo. Sus empresas, también. No sólo los turistas norteamericanos han anulado numerosos viajes al extranjero, también las grandes corporaciones han decidido en los últimos meses quedarse en casa. Desde el verano, la firma Gateway Computer, por ejemplo, ha cancelado la mayoría de sus operaciones en Europa y Asia, Merril Lynch ha empezado a retirarse de Asia, Ford ha reducido sus tratos en toda Europa y AT&T suspendió su anunciada joint venture con British Telecommunication.

El panorama recuerda a las apresuradas retiradas estadounidenses a propósito de otras crisis económicas y que enseguida pagaron su miedo con una pérdida de mercados durante los años siguientes. En los ochenta, la crisis de la deuda externa en América Latina ahuyentó de la zona al Bank of America y a AT&T, entre varias decenas de sociedades, que necesitaron después más de diez años para recuperar el lugar que ocuparon otras sociedades europeas menos medrosas. Igualmente, debido a los problemas en el mercado interno, tanto Ford como General Motors aflojaron su presencia en el exterior durante parte de la década de los setenta y los ochenta, y ese vacío lo conquistaron los japoneses, sin que su ventaja en el sector de la automoción haya cesado hasta hoy.

Tras el ingreso de China en la Organización Mundial de Comercio, ninguna nación rica ha querido perderse la oportunidad de llegar a un mercado de 1.300 millones de habitantes
Históricamente, cada vez que EE UU ha ganado una guerra o estaba a punto de ganarla, como ésta de Afganistán, las compras de deuda pública norteamericana han crecido mucho

Esta tendencia a refugiarse en la vida doméstica cuando el exterior se complica ha sido seguida este año, aunque con menor intensidad que Estados Unidos, por una mayoría de multinacionales del mundo entero. En conjunto, el número de fusiones transnacionales ha bajado en un 50% durante 2001, y el flujo de las inversiones extranjeras ha menguado en un 40%. Todos, pues, con la tendencia a quedarse en el hogar. Sólo existe un país -excluida la agrupación de Canadá, Estados Unidos y México- hacia donde el dinero de otros países ha acudido con prodigalidad y confíanza: China. Tras su reciente ingreso en la Organización Mundial de Comercio (OMC), prácticamente ninguna nación rica ha querido perderse la oportunidad de emplazarse en un potencial comprador de 1.300 millones de habitantes. Hace poco, el conglomerado mediático AOL Time Warner pactó una joint venture con la mayor empresa local de ordenadores, Grupo Legenda, y la megacadena de supermercados Wal-Mart ha anunciado ya la apertura de cinco establecimientos sólo en Beijing.

Tampoco los extranjeros se han frenado respecto a las inversiones en deuda y bonos norteamericanos que ampara el Estado, seguros de que ese resguardo sería el mejor. Históricamente, cada vez que Estados Unidos ha ganado una guerra o estaba a punto de ganarla, incluso en batallas tan asimétricas como la del Golfo y esta misma de Afganistán, las compras de deuda pública norteamericana han crecido mucho. 'El mercado se halla expectante ante una rápida resolución de la campaña en Afganistán y se cree que Estados Unidos será sin duda el primer país en salir de la recesión', ha manifestado a Business Week Joseph P. Quinlan, un alto ejecutivo de Morgan Stanley.

El dinero espera ese momento para volver a desplazarse con más desahogo. Un dinero líquido del que se dispone actualmente en proporciones insólitas. Dentro de las tendencias económicas que recogía Business Week a mediados de este mes, una es el sensacional aumento de la masa monetaria en 2001, la mayor desde hace dos décadas. En virtud de esta liquidez se explicaría el inesperado repunte de las Bolsas en octubre o noviembre y también la capacidad financiera para soportar la bancarrota de la colosal compañía Enron más las turbulencias que provienen del Próximo Oriente.

Comercio electrónico

Abunda la liquidez internacional y también, de cara a la Navidad, una desconocida alegría en las compras europeas a través de la Red. En Estados Unidos o Canadá las adquisiciones electrónicas navideñas han subido en un 10% y un 20%, respectivamente, pero en Europa se ha producido un salto que supera el 50%. Este año, dicen los empresarios, es la verdadera Navidad para el comercio electrónico europeo. El año pasado fue de aprendizaje; éste, de explosión; el próximo, de rentabilidad. La firma Amazon.com, en Gran Bretaña, ha duplicado sus ventas respecto a las fiestas del año pasado, y la alemana Bertelsman las ha incrementado en más de un 50%.

Con estas informaciones y otras que salpican los últimos números de las publicaciones de economía parecería que la conclusión de la crisis se encuentra cerca. Sin embargo, aún hay reparos a los optimismos descarados y una frecuente vacilación sobre el momento en que se registrará la recuperación. Entre tanto, un estudio conjunto de profesores de la Universidad de Michigan y de la Carnegie Mellon ha constatado que los despidos masivos de obreros o empleados no afectan a los matrimonios, pero que otros despidos de este tiempo, más selectivos, multiplican su efecto desdichado sobre la relación de amor. Los hombres casados despedidos individualmente sufren un aumento del 18% en sus probabilidades de divorciarse, y las esposas, hasta un 13%.

El cierre total de la empresa contribuye a la vinculación defensiva frente a la adversidad, pero el despido selectivo induce al otro a recelar de los auténticos valores de su propia pareja. Hasta esos reductos acceden las leyes del mercado y las sevicias, no sólo materiales, de la recesión.

Una mujer pasea en Shangai ante el escaparate de una compañía de moda británica. China ofrece confianza a la inversión.
Una mujer pasea en Shangai ante el escaparate de una compañía de moda británica. China ofrece confianza a la inversión.AP

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