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50 piezas recorren la historia del arte del bordado erudito y popular

La exposición reúne piezas realizadas en los últimos cuatro siglos

Un terno rojo del último cuarto del siglo XVI, de damasco y raso carmesí bordado en oro y sedas, es la primera obra del medio centenar que forman la exposición Arte en seda. La tradición del bordado lorquino, abierta en la Fundación Santander Central Hispano, de Madrid (Marqués de Villamagna, 3, www.fundacion.bsch.es) hasta el 24 de febrero. La muestra, dirigida por Cristóbal Belda, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Murcia, incluye manifestaciones del arte del bordado de los últimos cuatro siglos, tanto erudito como popular.

La Fundación Santander Central Hispano, en una de sus líneas de exposiciones sobre el patrimonio artístico español de las artes decorativas e industriales, ha recogido la historia y la tradición del arte lorquino con una selección de piezas procedentes de las instituciones donde se conservan, que en algunos casos salen por primera vez. En la muestra han colaborado el Ayuntamiento de Lorca, el Obispado de Cartagena, la Hermandad de Labradores (Paso Azul) y la archicofradía de Nuestra Señora del Rosario (Paso Blanco).

El montaje sigue un orden cronológico, con las primeras obras del siglo XVI hasta el siglo XX, agrupadas por la tipología o los materiales utilizados. Las piezas que pertenecen al periodo conocido como 'edad de oro' del bordado comprende desde finales del siglo XIX hasta 1936. Ante el visitante aparecen las obras de bordado erudito, por lo general con un destino religioso, y el bordado popular, dedicado al entorno doméstico.

Las piezas expuestas más antiguas enlazan con la tradición de los talleres murcianos, tras la estancia del broslador Antonio Cerezo en el Lorca de mediados del siglo XVI. De esta época son el terno rojo, de la iglesia parroquial de Santiago, de Lorca; la casulla verde del obispo Montes, de la catedral de Murcia, de finales del XVII, y la casulla de plata, de la iglesia parroquial de san Pablo de Abarán, ya en un estilo rococó.

Obras clásicas

De la segunda mitad del siglo XIX hay piezas realizadas en Lorca, como el manto negro de la Virgen de los Dolores, del Paso Azul, de 1857, y de estilo isabelino, y el manto azul de la Virgen de la Amargura, de 1905, del Paso Blanco. Las obras consideradas clásicas, realizadas hasta la guerra civil, abarcan la mayor parte de la exposición, con la presencia de dos talleres dirigidos por los artistas Francisco Cayuela, del Paso Azul, y Emilio Felices, del Paso Blanco, que han dado nombre a sus estilos respectivos. De esta época son los conjuntos de las vírgenes (mantos, estandartes, palios) y las banderas de los pasos, las túnicas de mayordomos y los mantos de los personajes de los cortejos bíblicos-pasionales, que todavía se pueden conocer en la ciudad murciana de Lorca. La muestra incluye también manifestaciones civiles, como el capote de paseo del torero Joselito, de 1917, y enseñas de diversas instituciones, como banderas, pendones y guiones.

'El bordado de Lorca era un fenómeno artístico por estudiar y apreciar en todas sus dimensiones', escribe el historiador y comisario Cristóbal Belda en el catálogo, que además de las reproducciones de las obras incluye textos de Manuel Pérez Sánchez, sobre el arte del bordado en el antiguo reino de Murcia; Domingo Munuera, sobre el origen y evolución de la Semana Santa de Lorca; Javier Ros, sobre las bordadoras y el director artístico de los bordados de Lorca, y Manuel Muñoz y Eduardo Sánchez Abadíe, sobre la enseñanza y promoción del bordado en Lorca.

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