Todo a mano
La nueva Serie 7 impacta por la línea, pero sorprende aún más por dentro. La posición de los mandos es diferente a lo habitual, aunque van situados de forma muy racional para facilitar su uso: el conductor tiene delante y muy a mano todo lo que necesita conocer y utilizar.
La conducción, en el volante
En el cuadro van el velocímetro y el cuentavueltas, que alojan en su base otros datos importantes de la mecánica y el ordenador de viaje (programa seleccionado en el cambio, autonomía, indicaciones del navegador...). Pero desde el volante se pueden controlar las funciones básicas de los accesorios más importantes: teléfono, equipo de música... Y también, como si fuera uno más, el cambio de marchas y los pulsadores manuales.
Esta disposición de los mandos aporta una forma más fácil y diferente de conducir: al concentrar todo en el volante se evita separar las manos del mismo, lo que reduce el trabajo y aumenta la seguridad.
Comportamiento impecable
El conjunto se completa con un equipo de seguridad y unas ayudas electrónicas a la conducción muy avanzadas. El resultado es un comportamiento dinámico impecable que combina confort y eficacia en un equilibrio casi ideal, incluso en la versión inferior. Aunque los sistemas EDC K (amortiguación automática inteligente) y Dynamic Drive (estabilizadoras electrónicas antibalanceo) son opcionales y mejoran la comodidad y la seguridad, la suspensión de serie ofrece ya una estabilidad sobresaliente y un gran agarre en todo tipo de trazado. El chasis destaca por su rigidez, el ABS y el ESP (control de estabilidad) actúan con mucha precisión, y los frenos son potentes y no se fatigan. Todo contribuye a conseguir unas reacciones tan ágiles que hacen olvidar su peso (casi dos toneladas): el BMW 735 se podría conducir con dos dedos, exige el mínimo esfuerzo y es ideal para viajar porque recorre los kilómetros cuidando a sus ocupantes para que apenas perciban el cansancio.
El conjunto se completa con un motor 3.6 litros muy evolucionado (ha pasado de 238 a 272 CV) que ofrece una respuesta suave y refinada desde bajo régimen hasta 6.300 vueltas. Pero lo que más sorprende es su silencio de marcha: incluso al máximo régimen cuesta oírlo y nunca da sensación de ir forzado. Además va acoplado al primer cambio automático secuencial de seis marchas, que incluye accionamiento manual en el volante, sorprende por su suavidad y ayuda a conseguir las máximas prestaciones. Sólo los consumos siguen siendo altos, pero inferiores a los del anterior 735i: 12 o 13 litros a ritmos suaves y entre 16 y 17 en conducción rápida y ciudad.
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