Escuelas infantiles

Desde hace décadas, diferentes estudios señalan la importancia de los primeros años de vida para el desarrollo humano. Siendo consecuentes, las administraciones deberían realizar un máximo esfuerzo en garantizar la mejor atención para este periodo. Pero hace ya 11 años de la entrada en vigor de la LOGSE y el primer ciclo de Educación Infantil (0-3 años) sigue sin regular y muchas madres y padres siguen costeando un servicio que debería ser universal y gratuito.

Durante años, las 16 escuelas infantiles del Ayuntamiento de Vitoria (más de mil niños y niñas matriculados) han venido realizando una labor modélica, cubriendo parte del vacío existente. Sin embargo, el Ayuntamiento ni responde a toda la demanda ni ha solucionado el problema de la excesiva carga económica para las familias.

En un contexto en el que, con el beneplácito de la Administración, los centros privados han ido abriendo de forma irregular aulas para niños y niñas de dos años el PP ha intentado, incluso, regalar el terreno para construir escuelas infantiles privadas. Con ésta y alguna otra actuación del equipo de gobierno ya nos habíamos hecho una idea de su falta de sensibilidad con el tema.

Estos días, el PSOE de Vitoria nos ha sorprendido con sus propuestas en torno al futuro de las escuelas infantiles municipales. Algunas de ellas (perfil profesional, horarios...) son contradictorias con la trayectoria del PSOE en este campo. Son propuestas que se justifican en base a pretendidas demandas sociales no demostradas, lanzadas a la opinión con discursos demagógicos sobre la atención a la infancia o la incorporación de la mujer al mundo laboral. No están enmarcadas dentro de una planificación general y son realizadas sin una valoración en profundidad de lo que pueden suponer en el ámbito psicológico, pedagógico u organizativo para las criaturas y las propias escuelas municipales.

Apoyándose en la dependencia que el PP tiene de los votos del PSOE para sacar adelante los presupuestos municipales, los ediles socialistas quieren imponer esas medidas, hurtándonos un debate riguroso y necesario. Pero es que, además de precipitadas e impuestas, estas proposiciones son también inoportunas. Pueden condicionar el futuro de las escuelas municipales cuando se prevé que en un par de meses Educación regule de manera definitiva esta etapa educativa. ¿Qué ocurriría si alguna de las propuestas se acepta ahora y es después contraria a lo que se apruebe en el Parlamento? ¿Quién asumirá las responsabilidades?

Si el PSOE y el PP acaban intercambiándose cromos, esperemos que el Olentzero les traiga otros nuevos y dejen en paz las escuelas infantiles. Creemos que cuando se traten estos temas, el centro del debate debe ser el derecho de todas las niñas y niños a la educación, sin que criterios mercantilistas o electoralistas lo distorsionen.