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Tráfico prevé poner a los 300 controladores de la ORA a vigilar los carriles-bus

La medida dependerá del éxito de las actuales 'patrullas' en la campaña de Navidad

Antonio Jiménez Barca

El concejal de Tráfico, Sigfrido Herráez, del PP, responsable de la idea de poner a 40 controladores de la ORA para vigilar, subidos en coches Smart, algunos carriles-bus, especialmente conflictivos estas navidades, prevé extender la medida posteriormente. El edil negociará con los sindicatos reconvertir a los 300 controladores de la ORA con que actualmente cuenta el Ayuntamiento en vigiladores permanentes de las vías reservadas para el transporte público. 'Pero antes deberemos ver cómo funciona el experimento estas navidades', señala Herráez.

Los 40 controladores cuentan ahora con diez coches Smart, prestados por la marca que los fabrica, y llevan a cabo patrullas, entre otros, en los carriles-bus de Serrano, Princesa, Alberto Aguilera y Narváez. El experimento, por lo menos en el carril-bus de Serrano, funciona: ayer, a las siete de la tarde, los 10 empleados de la EMT, montados en cinco Smart (los controladores van en parejas), conseguían mantener el carril-bus despejado de coches particulares mal aparcados. 'Si no estuviéramos aquí encima del carril-bus, todo esto estaría lleno de automóviles y los autobuses tendrían que ir cambiando de carril para poder circular', sostenía ayer uno de estos empleados.

La táctica utilizada por los controladores de la calle de Serrano es simple: en cuanto ven un coche parado en el caril-bus aparcan su vehículo Smart al lado. Muchas veces sólo su presencia basta para que el automovilista se lo piense dos veces, arranque y se vaya, dejando el carril-bus libre. Si esto no ocurre así, uno de los controladores se baja del Smart y se dirige al automovilista. Intenta convencerle, al principio de buenas maneras, para que se vaya. 'Siempre dicen: 'Espere, es sólo cinco minutos', pero les decimos que ni cinco minutos ni nada. Por lo general, lo aceptan rápido. Si se ponen pesados, les ponemos una denuncia, y si siguen poniéndose pesados, llamamos a la Policía Municipal', señala este empleado. Este controlador de la ORA está de acuerdo en pasar, después de la campaña de Navidad, a ser un controlador permanente de los carriles-bus. 'Esto es más divertido, porque vas en pareja. Lo de controlador de la ORA es más aburrido y menos efectivo', argumenta.

Para que los 300 controladores de la ORA pasen indefinidamente a vigilar los carriles-bus será necesario que se cumplan dos condiciones, según el concejal de Tráfico. La primera, que la medida resulte un éxito durante la campaña de Navidad. 'Para saber esto necesitamos los datos de la velocidad de la EMT. Nosotros creemos que va bien, pero hay que conocer los índices de velocidad de los autobuses para corroborarlo', señala Herráez. La segunda de las condiciones es la de que los controladores de la ORA se queden sin cometido.

Parquímetros

Para esto es necesario que el Ayuntamiento instale, por fin, los parquímetros, algo que lleva prometiendo dese hace muchos años. 'Eso puede ocurrir en mayo', adelanta el concejal. Cuando esto ocurra, los controladores de la zona ORA se quedarán sin función específica y el Ayuntamiento podrá dedicarlos a otros menesteres.

El concejal socialista Eugenio Morales denuncia que el edil de Circulación 'distrae de sus funciones de la ORA a unos señores cuya misión es garantizar el aparcamiento a los vecinos que, como residentes, pagan al año una tarifa'. Morales desconfía de que los parquímetros se instalen el próximo mes de mayo: 'Llevan ya tantos años prometiendo los parquímetros que ninguna fecha es creíble. Lo unico verdadero es que la ORA cuesta al Ayuntamiento 1.000 millones de pesetas al año y, hoy por hoy, no sirve para nada'.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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