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Gobierno y oposición discrepan sobre el trabajo de la comisión de autogobierno

El PP se queda solo en su negativa a debatir un cambio estatutario

El ritmo, el plan de trabajo y la decisión sobre las comparecencias separaron a los grupos del Gobierno de la oposición en la primera reunión de la comisión sobre autogobierno, que echó a andar ayer. También se produjo otra separación, ésta no metodológica, sino de calado político, que dejó solo al PP en su negativa a contemplar las posibilidades de modificación del Estatuto. Pese al bloqueo de los plenos por el debate presupuestario, la Cámara sigue funcionando a otros efectos y ayer también se constituyó la ponencia para la reforma del Reglamento del Legislativo.

Los grupos tienen hasta el 11 de enero para concretar sus propuestas, antes de que la comisión celebre una reunión en la segunda quincena de ese mes, pero las primeras diferencias se manifestaron ya ayer. Para empezar, PNV, EA e IU mostraron, en sintonía con el deseo expresado por el propio lehendakari, Juan José Ibarretxe, su intención de agilizar al máximo los trabajos de la comisión. Quieren aproximar su duración a seis meses y que en junio esté listo el dictamen o los dictámenes que de ella salgan, para que su debate en pleno quede realizado antes de las vacaciones de verano. Tanto PP como PSE desean un ritmo de trabajo más pausado.

Además, tripartito y oposición divergieron en la negativa de los segundos a aceptar la propuesta de PNV, EA e IU de delegar en la Mesa de la comisión -integrada sólo por representantes de éstos últimos al haber rechazado el PSE su vicepresidencia- la decisión sobre las peticiones de comparencencias que se produzcan. La oposición desconfía de la fórmula, porque piensa que puede ser utilizada de modo arbitrario y servir para descartar o aceptar peticiones en función de los intereses del tripartito. Los grupos del Gobierno trataron de disipar esa desconfianza, asegurando que no buscan más que agilizar los trabajos.

Una tercera diferencia puesta de manifiesto establece una línea distinta de separación y deja solo al PP frente a los demás: el PSE acepta debatir sobre las potencialidades del Estatuto en términos incluso de una eventual modificación del texto de Gernika, mientras el PP permanece firme en su negativa a ello. Este partido interpreta que la exploración debe limitarse al análisis de las transferencias pendientes y a un posible cambio en el reparto de competencias entre las propias instituciones vascas, recalcó su portavoz, Leopldo Barreda.

El PP desea además poner el acento en el juicio sobre el desarrollo interno que en 20 años de autonomía se ha hecho del Estatuto, tanto al menos como en las deficiencias en que insisten nacionalistas e IU. El portavoz del PNV, Joseba Egibar, adivirtió de que la comisión no puede convertirse en un 'seminario de investigación'.

El portavoz socialista, Jesús Eguguren, el que más ideas explicitó, planteó la conveniencia de que los trabajos se inicien con una comparecencia o informe, tanto de la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, como de representantes de la Administración central, para contrastar sus visiones sobre el cumplimiento del Estatuto.

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Eguiguren propuso que se llame también a los redactores del Estatuto, para dilucidar si su espíritu se ha visto transgredido o no; a los tres diputados generales, a Eudel, a la patronal y a los sindicatos vascos. El PP añadió a la universidad.

Ayer también se constituyó la ponencia para la reforma del Reglamento del Parlamento, aparcada por última vez en 1998. El 25 de enero, los grupos deberán haber presentado sus propuestas.

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