Botón
Después de las teclas, son los botones los elementos más útiles de un equipo informático: ¿cómo encender el ordenador sin un botón?
La palabra botón fue transmitida por el antiguo francés al español y al inglés (donde hoy se escribe button), con el sentido general de abultamiento, lo que explica que reciba este nombre tanto la yema de un vegetal, el capullo de una flor, como la pieza que sirve para unir dos partes de una prenda de vestir.
Con el avance de las tecnologías del metal tomó nuevos sentidos. En el Diccionario de autoridades de la Academia (1726) ya significaba 'tirador de una puerta', y en el diccionario de Castro y Rossi (1852) aparecía un uso más general, en metalurgia: 'Cabeza redonda y aislada de cualquier cosa'.
El sentido que estamos viendo lo recoge bien el Diccionario del español actual de Manuel Seco: 'Pieza, frec. cilíndrica, que, al ser oprimida, pone en funcionamiento un aparato'. La Academia no incluye ningún sentido de actividad mecánica, salvo en la acepción de 'timbre de la puerta'.
Como parte del hardware de un equipo, hay botones como interruptores, para reinicio, de encendido del monitor, en el ratón, etc. Pero en el mundo virtual también aparecen numerosos botones incorpóreos. Hay una metáfora muy extendida que equipara la pantalla de un programa (o la interfaz de una página web) a un mecanismo, y por esa razón nuestros programas están llenos de 'botones' que tenemos que 'apretar' (por supuesto, haciendo clic con el botón -verdadero- del ratón). También muchas páginas web presentan botones como acceso a menús.
Y pocos botones de una página web habrán tenido una fama más larga, y más extraña, que el que albergaba el denominado Mystery Spot of the Internet. Creado en fecha tan temprana como 1994, sólo contenía un gran botón, que al ser pulsado no hacía nada. Su nombre oficial fue The Really Big Button that Doesn't Do Anything, e incontables navegantes de la Red llegaron allí, pulsaron, y se fueron con la sensación de que ese nuevo medio incluía cosas realmente extrañas...
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