Lagos afrontará una mayor oposición pese a su victoria en las urnas

Con celebraciones paralelas, una encabezada por el presidente Ricardo Lagos y otra por el líder opositor y alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, el oficialismo festejó su triunfo sobre la derecha en las elecciones parlamentarias del domingo, y ésta, su avance en las urnas. La coalición gobernante, de socialistas y democristianos, tuvo el resultado más magro desde el fin de la dictadura en 1990 al no alcanzar mayoría absoluta y con el 47,9% derrotó a la derecha (44,3 %), mantuvo mayoría parlamentaria y quedó empatada en el Senado.

Ante unas mil personas, que festejaban en uno de los patios del palacio de La Moneda, Lagos afirmó que 'en democracia gana el que tiene más votos' y el pueblo 'habló, claro y nítido: nos ha dado un respaldo, nos emociona y compromete porque han sido tiempos difíciles', recordando la crisis internacional, a la que no ha cedido con 'un populismo barato'. Pidió Lagos dejar atrás el pesimismo, no iniciar anticipadamente la campaña presidencial, prevista para el año 2005, y delineó las prioridades para los cuatro años que restan de Gobierno: más crecimiento, empleo, gasto social y las reformas pendientes a la Constitución.

El resultado ratificó al bloque de centro-izquierda como el de mayor tamaño y redujo las distancias con la derecha. La oposición perdió una oportunidad propicia para crecer hasta ser mayoría, con un escenario favorable por el alto desempleo (9,7%), la disminución del crecimiento económico y el desgaste de 12 años de gobierno. En la derecha, el descorche de champán corrió por cuenta del partido más pinochetista, la Unión Demócrata Independiente (UDI), que capitalizó todo el avance opositor, a expensas de sus aliados, y se transformó en la mayor fuerza del país, desplazando a la Democracia Cristiana (DC).

Ascenso de la derecha

En medio de gritos de '¡Se siente, se siente, Lavín presidente', el alcalde de Santiago dijo que los partidos de derecha consiguieron su mejor votación histórica y pidió al Gobierno 'escuchar la voz de la gente'. Con una ventaja menor en el Parlamento y empatado en el Senado, considerando el peso de los senadores designados y el desafuero de Augusto Pinochet de su escaño vitalicio, desde el próximo mes de marzo, cuando asuman su escaño los ahora elegidos, el Gobierno tendrá más dificultades que en el pasado para la aprobación de los proyectos de ley. Lagos no ha modificado su agenda, mientras la instalación de la UDI como principal fuerza política anticipa una oposición más enérgica, aunque a Lavín le convendría más un clima de acuerdos.

Dentro del oficialismo, el Partido Socialista y el Partido por la Democracia aumentaron sus senadores y diputados, mientras que la Democracia Cristiana concentró el castigo electoral por el desgaste de 12 años de gobierno. Su apoyo bajó al 18,9%, perdió 14 diputados y dos senadores, entre ellos varias figuras conocidas, y tiene aún sus cuentas internas pendientes. El Partido Comunista llegó a 5,2 %, dos puntos menos que en 1997, y no obtuvo diputados.