Las bajas temperaturas mantienen la situación complicada en Lleida

La ciudad de Lleida y algunas poblaciones del sur de la provincia seguían padeciendo ayer las consecuencias de la intensa nevada caída el pasado viernes. Las bajas temperaturas -los termómetros se movieron entre los 4 y los 12 grados bajo cero- se convirtieron en el principal problema. Tres días después del temporal aún no se podía hablar de normalidad y las nuevas heladas que se esperan podrían complicar aún más la situación.

La situación más conflictiva se vivía en la ciudad de Lleida, donde todavía hay serios problemas de movilidad, tanto para vehículos como para peatones. Desde primera hora de la mañana, unos 300 operarios de empresas municipales y contratadas se dedicaron a expandir sal por las calles, convertidas en auténticas pistas de patinaje, y a retirar a golpe de pico y pala las placas de hielo para facilitar la circulación por las arterias principales de la ciudad. La prioridad era ayer facilitar el acceso a las escuelas y las conexiones con los barrios. Algunas líneas de autobuses y los taxis volvieron a funcionar después de tres días de inactividad, pero no se han reanudado los servicios de recogida de basuras.

La normalidad se va recuperando lentamente en medio de duras críticas del alcalde de Lleida, el socialista Antoni Siurana, a la Generalitat por haberse olvidado de los habitantes de las comarcas de Ponent. Siurana volvió a hacer un llamamiento a los ciudadanos para que colaboren en las tareas de limpieza de las aceras y de las calles del eje comercial. El consistorio leridano prevé que todos los servicios estén en funcionamiento en un plazo de dos días, aunque advirtió que de persistir la niebla y las bajas temperaturas se podría tardar una semana en recuperar la normalidad absoluta.

Pero donde no hubo normalidad fue en los colegios. Más de 4.000 alumnos de unas 60 escuelas de primaria y secundaria de la demarcación no pudieron ir a clase porque la delegación de Enseñanza acordó suspender el transporte escolar en siete comarcas por falta de seguridad y porque muchos profesores tampoco podían desplazarse hasta sus puestos de trabajo. El Solsonès fue la comarca más afectada, con un 56% de los centros escolares cerrados.

Una vez restablecido el tráfico de vehículos en la autopista A-2 y en la autovía entre Lleida y Barcelona, ayer todavía quedaban una veintena de carreteras locales y comarcales por las que resultaba complicado circular sin cadenas debido a la nieve y el hielo. Las vías con más problemas eran la N-230, entre Lleida y Alfarràs; la N-240 entre Lleida y Almacelles, y a su paso por Les Borges Blanques; entre Soses y La Granja d'Escarp, y en algunos tramos del Eix Transversal y de la N-II.