Israel ataca con misiles el mayor campo de refugiados de Gaza
Helicópteros israelíes lanzaron ayer de madrugada, horas antes de que Arafat pronunciara su discurso, un duro ataque contra el campo de refugiados de Jabalia, el más importante y poblado de Gaza, donde se amontonan cerca de 100.000 personas.
El fuego de los misiles se concentró sobre la comisaría principal de la zona, que se encuentra frente a una sede de ayuda humanitaria de Naciones Unidas, y al lado de una de las organizaciones de derechos humanos más combativas: Al Mezan. La comisaría quedó totalmente destruida y el ataque no causo víctimas ni heridos, aunque sí provocó el pánico de la población.
Este nuevo ataque es la segunda parte de una operación de limpieza desencadenada por el Ejército israelí contra el poblado cercano de Beit Hanun, que fue ocupado durante 16 horas este fin de semana. En esta operación se registraron duros enfrentamientos que se saldaron con cuatro muertos, más de medio centenar de heridos y decenas de detenidos.
Los servicios de inteligencia del Ejército aseguran que Beit Hanun y el campo de refugiados de Jabalia sirven de plataforma a las acciones de los radicales palestinos, que en los últimos meses han atacado con éxito varios asentamientos cercanos, ocasionado media docena de muertes.
Cierre de locales de Hamás
Paradójicamente, la policía palestina había efectuado una incursión horas antes en el mismo campo de refugiados de Jabalia para cerrar media docena de organizaciones asistenciales y caritativas, vinculadas al movimientos fundamentalista Hamás. La policía palestina efectuó otros cierres similares en el resto de Gaza y en diversas poblaciones de Cisjordania. Portavoces oficiales aseguraban ayer que el número total de sedes clausuradas, pertenecientes directa o indirectamente a Hamás o Yihad Islámica, sobrepasan ya la treintena.
Esta operación palestina fue decretada por el propio Yasir Arafat la pasada semana, después del atentado perpetrado contra un autobús de colonos en las puertas del asentamiento de Emanuel, en Cisjordania, donde murieron diez pasajeros. No es la primera vez que Arafat cierra los locales de los fundamentalistas, hizo lo mismo en 1996, cuando los radicales palestinos llevaron a cabo una ofensiva terrorista contra las líneas de autobuses urbanos en Israel, provocando decenas de muertes.
En aquella ocasión las sedes integristas permanecieron cerradas sólo algunos meses, para ser reabiertas después. Esta vez Arafat parece decidido a que la clausura de las instituciones islámicas sea mucho más larga, ya que ha ordenado que las funciones de asistencia prestadas por las organizaciones sea asumida por el Ministerio de Asuntos Sociales, que preside la única mujer de su Gobierno, Intisar al Wazir, la viuda de Abu Jihad, el delfín del presidente palestino, asesinado por los israelíes en Túnez en 1988.
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