La ola de frío deja a Cataluña aislada y al borde del caos

Cataluña rozó ayer el caos por la ola de frío siberiano que azota el noreste de la Península. Las gélidas temperaturas, de hasta 10 grados bajo cero, y una cierta improvisación por parte de las autoridades mantuvieron atrapadas a más de 2.000 personas en sus vehículos un día entero; 30.000 se quedaron sin luz, y numerosos pueblos permanecieron incomunicados, especialmente en Lleida y Girona.

Renfe cortó el transporte ferroviario y la acumulación de nieve bloqueó dos autopistas y una treintena de carreteras. Cataluña se convirtió así en una zona inaccesible por tierra desde el resto de España y desde Francia. En la frontera, muchos camiones permanecieron bloqueados durante largas horas, hasta que algunos burlaron los controles.

Numerosos ciudadanos y los partidos de oposición dirigieron sus críticas al Gobierno de Jordi Pujol. La Generalitat culpó a los usuarios por no haber evitado los desplazamientos -así lo dijo el consejero de Interior, Xavier Pomés- y anunció sanciones a Endesa, que ha dejado a oscuras a un millón de catalanes. Las previsiones anuncian para hoy un ascenso de temperaturas en el este y la extensión del mal tiempo a 11 comunidades.