Un conflicto sangriento
Un fragmento de los diarios de Franz Kafka ubicado en la época de estudiante figura en esta novela de Eugenio Fuentes. Todos los alumnos han regresado a sus casas con la satisfacción del deber cumplido menos él mismo que debe quedarse en el aula para expiar las 'ofensas infligidas a los maestros' y sólo consigue demostrar que es incapaz de aprender la lección de matemáticas. Tal situación puede proporcionar alguna clave para interpretar el sentido de la novela y coloca en el punto de mira temático de la obra a maestros y profesores.
En esta novela policiaca hay un muerto, un maestro, y el asesino puede ser alguno de los otros seis profesores, un padre vengativo o el conserje. Pero la novela no pertenece sólo al género policiaco, sino que se adentra también en otros, el sentimental principalmente. Un personaje que podemos considerar con reservas, el protagonista, un modesto informático, acaba de padecer dos ausencias, la muerte de la madre y el abandono de su mujer, y, al mismo tiempo, sufre problemas morales originados por el hecho de guardar en secreto una pistola que era de su padre y que tendrá dramáticas consecuencias. La recomposición del mundo moral y afectivo de este personaje incluso con la aparición de un posible nuevo amor es el asunto principal que amarra el argumento y, secundariamente, proporciona un final optimista. El autor no olvida esmerarse en la descripción psicológica de los personajes. El narrador, omnisciente, con su revoloteo en torno a diversos objetivos, evita que el lector se identifique con los investigadores, el detective privado Cupido y el teniente Gallardo, personajes que ya habían aparecido en su novela anterior El interior del bosque y que con su reiterada presencia relacionan la novela con las colecciones policiacas.
LA SANGRE DE LOS ÁNGELES
Eugenio Fuentes Alba. Barcelona, 2001 380 páginas. 2.950 pesetas
También se repite el escenario. Una ciudad provinciana y la montaña que la rodea, expresión de los paisajes extremeños del autor. En la primera novela destacaba la montaña con su enorme ferocidad, la violencia ritual de los cazadores y el hosco carácter de los campesinos. En la segunda, al centrar la historia en el escenario del colegio, predomina la descripción del carácter provinciano y pacato de los habitantes, la crítica de la hipocresía social y las frustraciones de los maestros. A Fuentes le resulta imposible mantener el alto nivel de El interior del bosque, en la que el enigma criminal se conciliaba muy bien con el vigor con el que se describían los personajes y la inquietud y la emoción se mantenían constantes. La nueva novela es más dispersa, hay disfunciones e irregularidades, pero se mantiene una intriga suficiente para salvaguardar el interés del lector.
Lo que es evidente es que al autor le han interesado las posibles vidas de algunos profesores. 'Público elogio. Censura privada', sentencia el narrador para dar a entender la situación de los docentes en nuestra sociedad. No salen muy bien parados en la novela, aunque en la nota inicial el autor advierte que no es corriente que a tales profesionales se les ocurra usar la violencia para solucionar los conflictos. Menos mal.
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