El cine mexicano cuenta historias de curas y republicanos exiliados
Destacados actores españoles participan en los filmes.
La última película que hubiera debido protagonizar Francisco Rabal, El padre Amaro, se rueda en México con el actor español Sancho Gracia en sustitución del fallecido maestro. Junto a él, jóvenes valores nacionales, entre ellos el propio director, Carlos Carrera, de 39 años, y Gael García Bernal, de 22, participan en la adaptación cinematográfica de Los crímenes del padre Amaro, una de las obras señeras del escritor portugués Eça de Queiroz (1845-1900). 'Creo, con todo orgullo, que es un buen homenaje el que rindo a Paco', señala Sancho Gracia.
El actor español interpreta a un cura libertino procedente de una aldea gallega que se afincó en México hace muchos años, adquiere los vicios y mañas de su nuevo entorno y entra en colisión con sacerdotes de pensamiento liberal. La historia aborda corrupciones políticas y personales, la Iglesia católica como institución y los choques generacionales dentro del sacerdocio. En un caserón de la calle de la Violeta, en Ciudad de México, arrancó un proyecto concebido hace 30 años por Alfredo Ripstein, padre de Arturo Ripstein. 'Llegué a hablar con la familia y me dijeron entonces que no podía hacer la película porque, si la hacía, ellos tenían que exiliarse de Portugal', dice el veterano Ripstein, que en su día trabajó con Luis Buñuel.
'¡Házsela, papá; házsela, papá! Gol, gool, gooool', grita un cura en una escena de cervezas, tacos de queso e imágenes de santos y papas en las paredes. Gael García Bernal, aficionado también al fútbol, comunica al padre Benito (Sancho Gracia) sus dudas sobre la castidad, uno de los aspectos centrales de una película producida por España, México y Argentina: '¿No cree, padre Benito, que, si el celibato fuera opcional, se evitarían problemas a la Iglesia?'. '¡Eso son pendejadas', responde el español. '¡Es más fácil que un cura mexicano sea papa que la Iglesia suprima el celibato!'.
Gracia recibió la muerte de Rabal con especial consternación. 'Paco y yo éramos íntimos. Me llamaban su hermano pequeño. Al morir, el productor José María Morales me ofreció su papel. Me lo pensé un poquito. Hablé con Asunción y con Benito, su hijo, se lo dije y estuvieron encantados. Y a mí el papel me gustaba mucho'. Angélica Aragón, Luisa Huertas y Ana Claudia Talancón trabajan también en un filme inspirado en una historia del siglo XIX de Queiroz. El guionista es Vicente Leñero, y los exteriores se rodarán en Jalapa, Estado de Veracruz.
Gael García Bernal representa a un cura mexicano educado en una familia muy conservadora que, recién ordenado, es enviado a una región del centro de México. 'Se encuentra con sus necesidades como hombre y empieza a satisfacerse de una manera un poco incontrolable'. Es un sacerdote liberal, inteligente, preparado, que lucha con sus demonios interiores.
El actor considera que el cine mexicano debe trabajar con historias propias, evitar imitaciones norteamericanas para las que no cuenta con los recursos necesarios. 'Lo que me guía más es llevar al cine cosas que es necesario contar no tanto por cómo se vayan a ver, ni qué repercusiones van a tener, ni si vamos a tener el Oscar'. Su opinión sobre la Iglesia es descarnada: 'Es una organización política que se ha incorporado a la globalización y al capitalismo, porque es imposible mantenerse a pura fe. Fue la primera transnacional'.
El director de la película, Carlos Carrera, dice que no pretende un ataque a las creencias o a la Iglesia católica. 'Es un ataque a ciertos personajes de la institución. No se hace un juicio moral a la Iglesia, únicamente se exponen sus manejos del poder. Me interesa la parte política de la Iglesia'. El último proyecto de Carrera guarda relación con los anteriores: todos son amores imposibles. En La mujer de Benjamín aborda los de un solterón de 50 años y una muchacha de 17; La vida conyugal disecciona los pleitos de una pareja hastiada; Sin remitente, la relación de un anciano con una prostituta, y Un embrujo que entrelaza historias de un adolescente y su profesora. 'Ha sido casualidad. No es que elija esos temas'.
Ilusiones perdidas
La virgen de la lujuria es el título de la nueva película del cineasta mexicano Arturo Ripstein. A partir de un cuento de Max Aub -el escritor valenciano que tras la guerra civil se instaló en México-, Ripstein (director de Profundo carmesí y El coronel no tiene quien le escriba, entre otras) habla de los primeros republicanos que llegaron a México tras la guerra civil. Protagonizada por el méxicano Luis Felipe Tovar y los españoles Ariadna Gil y Juan Diego, la película -escrita por la guionista habitual de Ripstein, Paz Alicia Garciadiego- habla del desarraigo, del amor-odio hacia la nación adoptiva y de las ilusiones perdidas. Una historia que se relata a través de un camarero, testigo silencioso de los avatares de los exiliados que día a día se reúnen en un café: El Ofelia.
Babelia
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