_
_
_
_

El Ejecutivo de González apoyó el desplazamiento que realizó Aznar en 1994

En la primavera de 1994, las relaciones entre España y Marruecos atravesaban una de sus crisis periódicas. Rabat había logrado adelantar a 1995 la fecha de expiración del acuerdo pesquero con la UE, que hubiera debido concluir un año más tarde, y anunciaba grandes recortes en la capturas para cuando se renovara. Pero fue el asunto de Ceuta y Melilla el que elevó la tensión. Hassan II reivindicó esas plazas mientras España ultimaba los estatutos de autonomía de las dos ciudades.

El PP se distinguió entonces por la defensa de la españolidad de las ciudades en litigio y, un año antes, en 1993, por reclamar al Gobierno gestiones a favor del cumplimiento de los derechos humanos en Marruecos. Las reacciones de la prensa marroquí contra los populares rozaron el insulto.

Más información
El PSOE rechaza la acusación de Piqué de que no informó al Gobierno sobre el viaje a Rabat

Con esos precedentes viajó Aznar a Rabat, como líder de la oposición, para tratar de enderezar las cosas. Entonces, recibió todo el apoyo del Gobierno. Una semana antes de iniciar su viaje el 22 de marzo, se reunió con el ministro de Exteriores, Javier Solana, que puso a su disposición informes y documentos internos del Ministerio sobre Marruecos. Aznar habló, además, por teléfono con González. Concluida su visita, en la que defendió posiciones sobre el Sáhara distintas a las del Gobierno, el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, la consideró satisfactoria y declaró que el Ejecutivo apoyaría cualquier acción que favoreciera las relaciones con Marruecos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_