Cavallo no encuentra apoyo en Argentina para lanzar un plan que satisfaga al FMI
La Bolsa bonaerense recibe con un retroceso del 5% la eliminación de parte de las rebajas fiscales
El ministro de Economía argentino, Domingo Cavallo, comenzó ayer una semana, considerada decisiva, con el peor de los pronósticos para su plan de sostener el rumbo de la política económica. Cavallo pretende aumentar la recaudación eliminando la mitad de las rebajas fiscales para reducir el déficit, como le exige el FMI. El plan del ministro fue mal recibido por los empresarios, y la Bolsa argentina llegó a caer más de un 5%. La oposición peronista, que controla ambas cámaras del Parlamento y 14 de las 23 provincias, considera a Cavallo un obstáculo para discutir un nuevo ajuste.
El acuerdo político supone, entre otras medidas que debe tomar el Ejecutivo con apoyo del peronismo, la aprobación en el Congreso del presupuesto del próximo año ajustado a los términos que exige el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de reanudar la asistencia financiera suspendida. La demora del Fondo congeló también las cuotas de los créditos del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del Gobierno español comprometidos cuando se aprobó el llamado blindaje financiero, a finales de 2000. Sin esos recursos, Argentina no podrá pagar el total de las deudas que debe afrontar en los próximos 15 días.
La fracturada cúpula del peronismo sólo parece coincidir en un punto: 'Todo se puede hablar, pero no con Cavallo'. A su turno, y de todas las formas posibles, se lo han hecho saber al presidente Fernando de la Rúa los gobernadores y los líderes de los partidos. El ex presidente Carlos Menem le anticipó el conflicto en una conversación telefónica y se lo dirá personalmente al jefe del Estado: 'Si el obstáculo es Cavallo, habrá que removerlo [eliminarlo]'. De todos modos, aclara Menem, 'primero está la patria', y sugiere un 'acuerdo político que garantice la gobernabilidad del país'.
Sustitutos para Economía
En los ambientes políticos circulan ya propuestas de reformas y planes alternativos y se sugieren candidatos a ministros 'que tengan consenso' en todos los sectores. Los gobernadores peronistas de las provincias con menos población y recursos, reunidos en el Frente Federal, del que están excluidas las poderosas Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, proponen una reforma de la Constitución nacional que permita a su vez una reestructuración integral del Estado nacional y libere a las administraciones provinciales para discutir por su cuenta y riesgo la forma de financiar sus propias deudas.
El ministro Cavallo debe atravesar, además, una semana con picos de tensión provocados por los conflictos sociales. El próximo jueves se realizará la séptima huelga general, a la que se adhieren las tres centrales sindicales. Rodolfo Daer, secretario general del sector blando de la Confederación General del Trabajo (CGT), se puso a la cabeza de los que reclaman abiertamente la renuncia del ministro: 'Lo mejor que podría hacer Cavallo es presentar la renuncia y permitirle al presidente oxigenar su Gabinete'.
A su vez, los empresarios hicieron público su malestar por la eliminación de los beneficios impositivos que el ministro había hecho cuando anunció hace cuatro meses la puesta en marcha del Plan de Competitividad y al que se habían adherido unas 30.000 empresas. Para Igancio de Mendigueren, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), ya 'está probado que el ajuste por el ajuste agrava el problema, con estas medidas el país no va a crecer y no podrá afrontar sus deudas'. La Bolsa de Buenos Aires llegó a retroceder más de un 5%, con lo que las pérdidas acumuladas en lo que va de año llegaron al 43%.
Empujado por el FMI, el ministro ha retrocedido en gran parte de su estrategia y parece ahora a la defensiva. Está obligado, por una parte, a recortar el presupuesto de 2002 en unos 4.000 millones de dólares y en recuperar otros 4.500 millones de dólares por la caída de la recaudación fiscal. Cavallo calcula entre '60 y 90 días' el plazo para superar la crisis provocada, porque el país se ha quedado sin crédito externo y debe afrontar el pago de intereses de su deuda. La última apuesta del ministro es el tramo internacional del canje de la deuda, unos 50.000 millones de dólares.
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