_
_
_
_
_

El sistema de voto, clave para aprobar las enmiendas de la oposición

Una cuestión de procedimiento, el sistema de votación, puede resultar decisiva para la suerte que corran los presupuestos (6.000 millones de euros) del Gobierno de Juan José Ibarretxe el viernes en el pleno en el que se debate la devolución de las cuentas. Si las tres enmiendas de PP, PSE y Batasuna a la totalidad se votan conjuntamente, el proyecto quedará rechazado. Pero si las votaciones se hacen por separado los 36 escaños del Gobierno bastan y sobran para derrotarlas una a una, ya que es imposible que PSE y PP por un lado y Batasuna por otro sumen sus votos en apoyo recíproco a sus respectivas enmiendas.

Lo normal sería una única votación si todas las enmiendas son únicamente de devolución y no incorporan proyecto alternativo ni cambios al articulado. Éste ha sido el uso en similares situaciones precedentes. Pero el reglamento no lo explicita. Y la oposición no descarta que los partidos del Gobierno intenten interpretar esta vez el reglamento de otro modo. Ante esa eventualidad, se pertrechan de argumentos y antecedentes de cara a las reuniones de la Junta de Portavoces y la Mesa del Parlamento donde se debe ordenar el pleno del viernes.

Más información
Ibarretxe busca un acuerdo con los socialistas que le permita aprobar los presupuestos
'No voy a actuar de salvavidas del PNV'
Los presupuestos vascos de 2002 dependen del sistema de votación que decida Atutxa
Atutxa allana el camino de los presupuestos vascos al decidir el voto separado de las enmiendas
Atutxa salva el Presupuesto vasco al imponer que las enmiendas se voten por separado
La oposición dará plantón a Ibarretxe para bloquear los presupuestos vascos por falta de quórum
El plante de la oposición retrasa el debate de los presupuestos vascos hasta el martes
La oposición mantiene su intención de bloquear de nuevo el presupuesto vasco
Ibarretxe convoca a los partidos para desatascar la crisis institucional vasca
La decisión de Batasuna de asistir hoy al Parlamento desbloquea los Presupuestos

La devolución de los presupuestos pondría al PNV en otra difícil disyuntiva: prescindir o no del apoyo socialista en las diputaciones de Vizcaya y Gúipúzcoa y en el Ayuntamiento de Bilbao. Si llevaran al extremo la postura por la que abogó el portavoz parlamentario y de la ejecutiva del PNV, Joseba Egibar, que vinculó estas negociaciones a la de las cuentas autonómicas, en un sorprendente órdago lanzado hace dos semanas dado que es el PNV quien en todos los casos necesita del apoyo del PSE, todas esas instituciones se quedarían sin presupuestos.

Controversia interna

Esa posición abrió un frente de controversia interna, ya que los diputados generales de Guipuzcoa y Vizcaya, Román Sudupe y Josu Bergara, y las ejecutivas del PNV de esos territorios tenían avanzadas las conversaciones con los socialistas cuando Egibar las condicionó al resultado de la votación del viernes. Xabier Arzalluz y el portavoz del Gobierno, Josu Jon Imaz, intervinieron después para matizar a Egibar y todo indica que, pase lo que pase el viernes, las negociaciones provinciales congeladas por aquella advertencia se reanudarán por la presión de los directamente interesados. Pero eso mismo acarrea un nuevo problema: el pacto en Vizcaya y Guipúzcoa dejaría en evidencia a Ibarretxe, como responsable de la imposibilidad de un pacto que el 'talante y la actitud' de otras personas de su mismo partido, afirman los socialistas, si habría hecho posible en las diputaciones. Al Gobierno vasco se le plantean varios problemas con la prórroga de presupuestos, además de la imposibilidad de aprobar nuevas partidas de inversión, tendrían dificultades para resolver las dotaciones económicas que precisa la consejería asignada a IU, inexistente cuando se aprobaron los presupuestos de 2000.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_