Flash10 aparca su inversión en cable de 90.000 millones en Cataluña
El operador congela la construcción de su red
El operador catalán de telecomunicaciones Flash10.com no ha podido escapar de las sombras que se proyectan sobre la economía, más negras aún para las empresas de este sector, además de para las compañías aéreas, tras los atentados del 11 de septiembre. A este operador de cable de corta vida, un año largo, y con sede en Barberà del Vallès, le ha sido imposible obtener la financiación suficiente para empezar a construir la red propia con la que quiere cablear 32 localidades catalanas de tamaño mediano.
Con el mercado del todo seco para las telecomunicaciones, los planes de Flash10 para Cataluña, que prevén inversiones superiores a 90.000 millones de pesetas en 10 años, han quedado, por el momento, en el aire.
La empresa, que desde antes del pasado verano ofrece servicios de voz y de acceso a Internet a gran velocidad (con líneas de RDSI y ADSL) a través de la red de Telefónica, anunció a principios de año una colocación privada de capital en los mercados internacionales con el objetivo de captar 100 millones de dólares (18.700 millones de pesetas). Sólo un 10% del capital iba a colocarse en España. Se preveía un 25% en Europa, y el resto, en Estados Unidos.
Obstáculos en cadena
Pero la ronda de financiación, que la dirección de la compañía pretendía cerrar en seis meses y que dirigía Crédit Suisse, topó primero con el inicio de la desaceleración económica; después, con la desconfianza inversora en el sector de las telecomunicaciones, y por último, con el impacto de los atentados terroristas en Nueva York y Washington, hace tres meses.
'Cada vez que avanzamos, la cosa se vuelve a complicar. Por el momento, es cierto que el sector está tocado, pero confiamos en que antes de que transcurra un año el panorama habrá cambiado en positivo. No tiramos la toalla en absoluto porque éste es un proyecto a largo plazo', describe la situación Jordi Compte, presidente de Flash10.com y uno de los socios fundadores de Jazztel.
El hecho de tratarse de una empresa de nueva creación se ha convertido en una ventaja para Flash10. 'No cargamos lastre, al contrario del resto de los operadores. El retraso de ocho meses que llevamos no es dramático', subraya Compte.
Pero la crisis ha desbaratado por ahora los planes de crear una infraestructura propia, el sueño de tender una red de fibra óptica para llevar el cable a las empresas y a las viviendas particulares de 32 municipios de entre 10.000 y 50.000 habitantes hasta 2010. Cablear cada uno de ellos cuesta entre 1.000 y 3.000 millones de pesetas.
Lo único que se ha hecho hasta ahora ha sido poner los tubos de canalización en 15 de los 32 municipios. Las primeras dos localidades donde debía iniciarse el despliegue de la red, Mollerussa (Pla d'Urgell) y Roses (Alt Empordà), están aún sin cablear.
El retraso de los planes deja igualmente en el aire el calendario de Flash10 para conseguir alcanzar el umbral de rentabilidad entre finales de 2003 y principios de 2004; es decir, al tercer año del inicio del proyecto.
El proyecto de tender una infraestructura propia había sido recibido con los brazos abiertos por municipios ignorados por los principales operadores de cable, como Menta (del grupo Auna) y Jazztel, que focalizan sus inversiones en las áreas donde pueden rentabilizarlas más facilmente, sobre todo en el área metropolitana de Barcelona, u operadores especializados en empresas, como al-pi y Colt.
Compte había firmado un convenio con los ayuntamientos de Arenys de Mar, Manresa, Martorell, Sant Cugat del Vallès, Sitges, Vic, Vilafranca del Penedès, Vilassar de Mar y el consorcio de ayuntamientos Localret. Este convenio era el disparo de salida para iniciar el proyecto de obras en estos municipios.
Para Localret, que impulsa la llegada de las comunicaciones de banda ancha a todo el territorio catalán y no sólo a las zonas más rentables para las empresas privadas, la situación de Flash10.com refuerza la necesidad de un esfuerzo conjunto de las administraciones, en alianza con los operadores, para buscar soluciones al problema que plantea la falta de una red alternativa a la de Telefónica en las zonas menos rentables.
Según un estudio del consorcio, que engloba 781 ayuntamientos, 34 comarcas catalanas son poco o nada rentables como para atraer las inversiones de las compañías privadas de telecomunicaciones. Sin embargo, para Jordi Compte, el hecho de que en este estudio afloren también zonas con un potencial de demanda más elevado de lo que a simple vista parece 'valida' sus tesis de que 'tiene sentido ir a municipios adonde ahora no va nadie'.
El capital de Flash10 se reparte entre los directivos de la compañía (30%), el Grupo Prosetel (25%), el Grupo Bas i Pujol (25%) y accionistas minoritarios (20%).
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