Multado un edil del PP por responder a unos jóvenes que le amenazaron

La titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Sant Feliu de Loobregat ha condenado al concejal de Gobernación del Ayuntamiento de Corbera, Rafael Roldán, del PP, a pagar una multa de 15.000 pesetas por una falta de amenazas. Los hechos ocurrieron el pasado 11 de septiembre, Diada Nacional de Catalunya, cuando un grupo de jóvenes le increparon y le amenazaron con que ETA le iba a matar, y el edil les insultó y les espetó: 'A ver si el tiro te lo van a pegar a ti'.

En la sentencia, la juez aplica una agravante y una atenuante al concejal. La agravante porque, dice la juez, estas expresiones tienen mayor reproche 'cuando provienen de un cargo público, al que se le exige un mayor control personal, incluso en tensas situaciones'. No obstante, añade la juez, actúa como atenuante el hecho de que el concejal estuviera sometido a 'una dura presión política que se ha traducido en tensión social constante en el pueblo y sus diversas actividades socioculturales, añadiendo a todo esto que el denunciado haya sido amenazado por el entorno de la izquierda abertzale'. En este sentido, la juez recuerda que en Corbera hay numerosas pintadas y carteles contra el concejal y a favor de ETA.

La sentencia también recoge que algunas pintadas se encuentran en el domicilio del acusado. La juez considera probado que el pasado 11 de septiembre por la tarde un grupo de 13 jóvenes, pertenecientes al grupo Per l'Alternativa a Corbera-Centre Social Juvenil Ca la Badia, se dirigieron al domicilio del concejal y empezaron a insultar a su familia. Después acudieron a las dependencias policiales del Ayuntamiento, en cuya puerta se hallaba el concejal, a quien gritaron: '¡Basta represión, Roldán dimisión!'. Ante estos gritos, el edil les respondió llamándoles 'hijos de puta' y advirtiéndoles que 'les iban a pegar un tiro', al tiempo que se tocaba sus genitales. En el juicio, Roldán explicó que lo hizo porque tenía una enfermedad, y aunque la juez señala que no ha quedado acreditada la intención de dicho gesto, 'ofende y descalifica más a quien lo lleva a cabo que a quien lo sufre'.