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1.255 españoles están presos en el extranjero, el 73% por tráfico de drogas, y tres tienen condenas a muerte

Jorge A. Rodríguez

España tiene repartidos por medio mundo 1.255 de sus vecinos retenidos contra su voluntad en cárceles extranjeras. La mayoría de ellos, un 73%, salieron en busca de droga barata a Asia, África o Suramérica y allí se quedaron entre rejas, con el cuento de la lechera frustrado y una larga condena por cumplir a sus espaldas. 'Muchos están en situaciones especialmente duras y las gestiones que se han hecho al máximo nivel no han dado frutos', explicó ayer Gonzalo Robles, delegado del Gobierno en el Plan Nacional sobre Drogas, al presentar una campaña de advertencia sobre los peligros de salir escaldados que tiene viajar a por drogas. La campaña, realizada por la Fundación Ramón Rubial, se llama Sin retorno Tours.

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La campaña es la segunda de esta fundación a medias con el Plan Nacional -la primera se llamó Lista de precios de la droga en el extranjero, en referencia a las condenas que impone cada país por narcotráfico- y será especialmente intensa en los aeropuertos, allí donde comienza el viaje a por las drogas. Robles reveló que 933 españoles, con una edad media de 40 años, están cumpliendo condenas por tráfico de drogas en cárceles de 56 países, algunos en condiciones de vida de 'hacinamiento, inseguridad y malos tratos por parte de funcionarios o de otros internos', agregó Leonor Rubial, vicepresidenta de la fundación que lleva el nombre del que fuera presidente del PSOE.

Especialmente dura es la situación de Dolores Ruiz Guerrero, una madrileña a punto de cumplir 80 años, presa en la cárcel de Tijar Jail en Nueva Delhi (India), tras ser detenida en ese país con 11 kilos de heroína en una maleta que le había dado un matrimonio de dicho país. O el de Juan José González, gallego de 39 años, que cumple una condena a perpetuidad en El Cairo (Egipto) por traficar con heroína. Dolores duerme en una cama desde hace un par de meses. Juan José se turna con sus compañeros de celda para dormir en el suelo.

Las condiciones de vida más duras se dan en cárceles de Asia y Suramérica. 'En muchas prisiones de Venezuela [donde están presos 79 españoles] algunos detenidos llevan armas y granadas', lo que da una idea de la inseguridad de dichos penales, explicó María Luisa Cava de Llano, adjunta primera del Defensor del Pueblo.

No obstante, las situaciones más dramáticas de presos extranjeros son las de tres condenados a muerte por asuntos que nada tienen que ver con las drogas. Pablo Ibar tiene 29 años y lleva siete preso en una cárcel de la Florida. El sobrino del fallecido boxeador José Manuel Ibar, Urtain, fue condenado a la pena capital el pasado 28 de Agosto, cuando se le declaró autor de un el triple asesinato ocurrido en 1994, según la fundación. Mario Julio San Román, de 74 años, está condenado por un doble asesinato en Florida. El que peor lo tiene Nabil Nanakli Kasaybati, de origen sirio pero nacionalizado español y casado con una española, que está encarcelado en Yemen en condiciones desconocidas a la espera de que se ejecute su condena a muerte acusado de terrorismo.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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