La CDU concluye su congreso sin un candidato claro para desafiar a Schröder en las elecciones de 2002

Edmund Stoiber, primer ministro de Baviera y presidente de la Unión Social Cristiana (CSU) bávara, se ofreció ayer como el se-gundo candidato democristiano para retar al canciller alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), en las elecciones del próximo año. En su discurso durante la jornada de clausura del congreso de la Unión Cristiana Democrática (CDU) en Dresde, Stoiber presentó una opción política que se sitúa más a la derecha de la de la presidenta de los democristianos y otra posible candidata, Angela Merkel (CDU).

Aparte de una variopinta invocación de valores cristianos y pa-trios, Stoiber recargó las tintas en dos temas sobre las cuales, presumiblemente, también giraría su campaña electoral: la penosa si-tuación económica y las responsabilidades que en ella competen a Schröder y el rechazo a la intención de los gobernantes socialdemócratas y verdes de reformar la vetusta ley de extranjería que rige en Alemania para abrir las puertas a una inmigración regulada.

En ambos asuntos, Stoiber mantiene posturas más conservadoras que las esbozadas la víspera por Merkel. Varios delegados entrevistados ayer criticaron el fuerte énfasis en que Alemania no resiste la llegada de más extranjeros o la pretendida desregulación del mercado laboral. No en vano, la CDU cuenta también con un fuerte sector sindical. Por otra parte, no obstante, en los pasillos se insistía también en que Stoiber es un candidato bastante más fogoso que la algo deslucida Merkel.

Entre una y otra consideración, muchos democristianos siguen indecisos sobre con quién alinearse: 'El problema está en que hay razones válidas para ambas candidaturas', insistió uno de ellos. Stoiber y Merkel, de hecho, fueron igual de ovacionados en Dresde. Habida cuenta de los posicionamientos internos en las próximas semanas, ambos pretenden decidir conjuntamente, 'a inicios del próximo año', sobre quién se lanzará en pos de la cancillería. En los discursos de los dos dirigentes llamó la atención la casi ausencia de referencias al tema europeo.