Endogamia en la Universidad

Justo estos días en que las pasiones parecen desbordarse en el ámbito universitario, acaba de aparecer, financiada por la asociación de economistas de Europa, una publicación en la que se ordenan las 200 primeras universidades del mundo por el nivel de su investigación en el ámbito de la economía.

Entre estas 200 hay cuatro universidades españolas (cosa que los autores del trabajo destacan como muy interesante, porque, en muchos otros ámbitos de investigación, la presencia de la Universidad española es mucho menor).

Son la Universidad Carlos III, la Universitat Pompeu Fabra y el combinado Universidad Autónoma de Barcelona más Instituto de Análisis Económico, que prácticamente están empatadas en los puestos 51, 54 y 58, y la Universidad de Alicante, en el puesto 96.

Que sean éstas, y sólo éstas, las universidades que salen en esta clasificación no es de extrañar, puesto que sus departamentos de economía son los únicos en España que han adoptado la política antiendogámica de no contratar a sus propios doctores, a menos que, una vez doctorados, éstos hayan sido contratados al menos durante tres años por otra universidad.

Esto ha significado, por ejemplo, que, en el caso de mi departamento de la Universitat Pompeu Fabra, ninguno de sus profesores sea doctor por la propia universidad. Esta política, que es sostenible si existe la voluntad de no hacer nunca excepciones, está dando los frutos esperados.