Los productores de pollos temen una crisis por el cierre del mercado marroquí
Los industriales creen que hay razones políticas
La decisión de Marruecos de cortar las importaciones de pollos y huevos procedentes de España ha generado una profunda preocupación en el sector español de la avicultura. Rabat alega razones sanitarias en defensa de la medida, que se aplica desde el 1 de diciembre pasado. Pero los productores de pollos españoles consideran que no hay motivos objetivos para el cierre y que la decisión responde fundamentalmente a razones políticas.
Si no se resuelve rápidamente el conflicto, el sector teme el hundimiento de los precios en el mercado interior al aumentar la oferta. España exporta mensualmente una media de un millón de pollos de un día a Marruecos, así como un millón más de huevos para incubar. No es la primera vez que las autoridades del país vecino ponen problemas a las exportaciones avícolas españolas y el argumento ha sido la acusación por parte de Marruecos de enviar partidas con problemas sanitarios, como la salmonelosis.
Sin embargo, ante la sospecha de problemas sanitarios en algunas partidas, en aquellas ocasiones se paralizaban las exportaciones en determinadas granjas, pero nunca, como ha sucedido en este momento, para la totalidad del sector, que vive el peor momento en sus relaciones comerciales con Marruecos.
Según los datos manejados por los productores, si el cierre de fronteras se prolonga, las exportaciones que estaban saliendo hacia el mercado de Marruecos se podrían canalizar hacia el mercado interior, lo que se traduciría en una caída de los precios por el incremento de la oferta.
Los productores españoles alegan que las partidas exportadas tienen los corresponientes certifificados de sanidad y que no existen razones objetivas para las acusaciones lanzadas por las autoridades de Rabat contra los pollos y los huevos producidos en España.
Actualmente, los precios de un kilo de pollo vivo ascienden a unas 130 pesetas, según las cotizaciones en lonja, aunque el precio real sería de unas 120 pesetas.Los costes medios se estiman en unas 125 pesetas por kilo. Responsables de la producción de huevos y pollos esperan que el sector no se vea obligado a pagar el pato por las tensas relaciones políticas que atraviesan en estos momentos Madrid y Rabat.
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