Otra gran oportunidad para España
Eslovenia, Paraguay y Suráfrica, tres rivales asequibles para empezar, y Francia, Argentina, Brasil o Inglaterra sólo en la final
España salió bendecida del sorteo del Campeonato del Mundo de fútbol de Corea y Japón, que la dejó ante otra gran oportunidad. El equipo de José Antonio Camacho se medirá en la primera fase a Eslovenia, Paraguay y Suráfrica, tres rivales sin alcurnia ni experiencia internacional frente a los que no debe descuidarse, pero tampoco tiritar. Además, la ruleta de Busan dejó bien protegida a España, cuya bola fue la primera en salir, en los cruces posteriores. Italia y Alemania serían, pues, los únicos grandes escollos para llegar a la final, ya que por el otro lado del cuadro transitarán Argentina, Francia, Brasil e Inglaterra. Una vez más, Inglaterra fue a parar al grupo de la muerte, emparedada por Argentina, Nigeria y Suecia, el más apasionante de la primera fase del torneo, que comenzará el 31 de mayo de 2002 con un Francia-Senegal.
El cuadro español, que jugará todos sus encuentros en Corea -viajará en torno al 20 de mayo-, salvo la final si la alcanza, en Yokohama (Japón), debutará el domingo 2 de junio a las 20.30 (13.30, hora española peninsular) frente a Eslovenia en Gwangju, una ciudad del suroeste, con 1,4 millones de habitantes, un estadio para 42.800 espectadores -el 60%, a cubierto- y una temperatura media en esa época de 22 grados. Después tendrá tiempo de sobra para recuperarse, ya que no reaparecerá hasta el viernes 7 a las 18.00 (11.00). Será frente a Paraguay en Jeonju, cerca de Gwangju, con un campo para 42.477 espectadores. Su primer recorrido lo cerrará el miércoles 12 a las 20.30 (13.30) frente a Suráfrica en Daejeon, la capital tecnológica del país, en el centro de la península y cuyo recinto deportivo puede reunir hasta 41.024 espectadores.
El caché de los rivales y el hecho de jugar toda la fase en Corea, a horas habituales para los futbolistas y con desplazamientos nada exigentes convierten a España en claro favorita para encabezar el grupo pese a los ataques victimistas que rutinariamente sufre el conjunto en los grandes momentos.
Eslovenia, cuyo fútbol se independizó de la ex Yugoslavia hace sólo un decenio, es un equipo aceptable que puso a España en un serio apuro durante la Eurocopa 2000. En el segundo partido de aquel torneo los de Camacho vencieron a los eslovenos por 2-1. Su técnico, Srecko Katanec, ex jugador del Sampdoria, ha obrado el segundo milagro en la efímera trayectoria eslovena. Tras abrir un hueco al cuadro en la mencionada Eurocopa, ha conseguido ahora hacerse un sitio entre los 32 mundialistas y a costa de un clásico como Rumania, a la que apeó en la repesca.
Suráfrica, dirigida por el portugués Carlos Queiroz, sólo ha disputado un Mundial hasta la fecha, el de 1998. Aunque tácticamente ha mejorado, todavía está a un trecho sideral de la élite.
Paraguay, que ha participado en cinco Campeonatos del Mundo, pasó por encima de España en el Mundial de Francia 98, cuando, tras empatar con los de Javier Clemente, se clasificó junto a Nigeria para los octavos de final. Sin embargo, pese al inquietante recuerdo, España todavía está varios peldaños por encima del equipo que lideran Chilavert, que no podrá jugar los dos primeros partidos por sanción, y el zaragocista Acuña.
Si, como se prevé, España pasa la primera fase a la cabeza del Grupo B, su rival en los octavos será el segundo clasificado del E, que integran Alemania, Arabia Saudí, Irlanda y Camerún. Si los alemanes se muestran firmes, los irlandeses y los africanos deben disputarse esa segunda plaza. En caso de avanzar hasta los cuartos, todo indica que el camino seguiría bien despejado. España se las vería entonces con el ganador de una eliminatoria entre el líder del grupo de Corea, Polonia, Estados Unidos y Portugal y el segundo del compuesto por Italia, Ecuador, Croacia y México.
La suerte de España se acentúa si se compara con el monumental atasco que se prevé en la parte del cuadro que se resolverá en Japón, con Francia y Argentina, los dos máximos favoritos al título, circulando junto a Brasil e Inglaterra.
El emparejamiento entre los ingleses y los argentinos causó la mayor exclamación en el coqueto Palacio de Congresos de Busan: dos clásicos con todo el gancho del mundo, muchas cuentas pendientes y rencillas sabrosísimas. Sus miradas frente a frente en los Mundiales de 1966, 1986 y 1998 han quedado grabadas para siempre en la historia del fútbol, sobre todo la segunda. Aquella vez Maradona puso patas arriba a todo el planeta con un manotazo picaresco y un gol lunático, quizá el mejor de todos los tiempos. En la última, en Francia, en Saint Étienne, con una tensión extraordinaria en las gradas, los argentinos se salvaron en los penaltis tras igualar un maravilloso gol de Owen y provocar Simeone la expulsión de Beckham que puso al Spice boy en cuarentena durante una larga temporada en Gran Bretaña. Esta vez se verán las caras en Sapporo 45 minutos después de que España se haya medido a Paraguay.
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