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La izquierda catalana sella su alianza contra Pujol con un pacto sobre autogobierno

Socialistas, independentistas y ecosocialistas proponen la reforma del Senado y del Estatuto

Enric Company

Los tres partidos de la izquierda parlamentaria catalana han alcanzado un acuerdo que equivale a un detallado programa conjunto para la elevación y mejora de la autonomía y anticipa una alianza de gobierno para la próxima legislatura. Es la primera vez que los socialistas firman en España un pacto de estas características que incluye a un partido independentista, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). La otra fuerza son los ecosocialistas de Iniciativa-Verds. El pacto incluye la propuesta de reformar el Senado, el Estatuto, varias leyes orgánicas y el despliegue de la legislación autonómica en aspectos que han sido desdeñados por los Gobiernos de Convergència y Unió (CiU).

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Hallar un mínimo compartible por el PSC-Ciutadans pel Canvi, ERC e IC-V ha requerido cinco meses de complicadas negociaciones. El resultado ha sido el acercamiento entre autonomistas e independentistas en una materia que en algunos aspectos dividía a la izquierda catalana desde la etapa constituyente, hace ya más de 20 años. Y en otros, desde el primer intento de restringir la autonomía, la aprobación de la LOAPA, en 1983.

El acuerdo tiene además el valor político de que ha sido formalizado después de un duro tira y afloja entre el PSC y el PSOE, en el que los socialistas catalanes han ajustado sus posiciones a lo que el PSOE podía asumir en esta materia. En este forcejeo han quedado algunas propuestas en la cuneta, pero el PSC está satisfecho por haber logrado el compromiso del PSOE para la primera reforma constitucional seria, la del Senado.

La contrapartida es la incorporación, en la práctica, aunque no en la teoría, de los independentistas de ERC al bloque de los constitucionalistas. ERC, el más antiguo de los partidos catalanes, votó en su día contra la Constitución y desde 1980 ha ocupado en Cataluña el espacio del radicalismo nacionalista, sin que esto le haya impedido colaborar con Pujol durante varias legislaturas. Esta situación comenzó a variar en las elecciones legislativas de 2000, en las que ERC formó junto al PSC e IC-V la coalición Entesa Catalana de Progrés para el Senado. En el Parlamento autónomo, el PSC cuenta con 50 diputados, ERC tiene 12 e IC-Verds, cinco.

Los republicanos no han renunciado a su ideario independentista, pero han decidido colocar en primer plano un completo programa de mejoras en el autogobierno para las dos legislaturas próximas, aplicable en el marco estricto del Estado de las Autonomías, aunque forzando la mano para plantear por vez primera la reforma del Estatuto de Autonomía, con la que se pretende ampliar el margen competencial de la Generalitat.

La reforma del Senado responde más a los planteamientos federalistas del PSC. El pacto con el PSC, y a través de él con el PSOE, tiene para ERC el gran atractivo de que le permite librarse de dos etiquetas que le condicionan muy negativamente y le impiden romper su techo electoral: la de partido radical cuyas propuestas no superan el testimonialismo, y la de ser un mero satélite de CiU.

El acuerdo, contenido en un documento de 18 páginas que ayer fue presentado a CiU y PP, ha sido alcanzado por los grupos parlamentarios y tiene ya el visto bueno de las direcciones de los tres partidos. Entre las numerosas medidas de que consta destaca la reforma del Senado para convertirlo en Cámara de representación territorial, lo que requiere también la reforma del Titulo III de la Constitución.

Leyes a reformar

El pacto prevé ampliar las competencias de la Generalitat especialmente en las siguientes materias: régimen local y organización territorial; seguridad y policía; lengua, enseñanza, migración, cultura, medios de comunicación, administración de Justicia, notarios y registradores y deportes. Para conseguirlo se propone la aplicación del artículo 150.2 de la Constitución, que prevé la delegación de la gestión de competencias del Estado a las comunidades autónomas; la reforma de algunas leyes orgánicas y la del Estatuto de Autonomía para incorporarle competencias sobrevenidas desde su elaboración.

Entre las leyes orgánicas que se propone reformar se cuentan la del Poder Judicial y la de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado (LOFAGE). El pacto incluye la reforma del Estatuto de Autonomía para incorporarle un título especial de derechos de ciudadanía.

El acuerdo prevé además la creación de mecanismos para la participación de la Generalitat en los organismos de la Unión Europea y en instituciones internacionales como la Unesco; para convertir Cataluña en circunscripción electoral en las elecciones europeas, para la participación de la Generalitat en determinadas decisiones del Ministerio de Cultura y el uso de las cuatro lenguas que son oficiales en España en los sellos, el DNI y el pasaporte.

El acuerdo de la izqueirda no gustó a los nacionalistas. La reacción de CiU fue de 'perplejidad', según manifestó Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió Democràtica, el segundo partido de la coalición. 'No entendemos cómo ERC puede estar dispuesta a suscribir un acuerdo con los socialistas', aseguró. Tanto Duran como otros dirigentes de CiU, incluido el propio Pujol, han sentenciado que el acuerdo no tiene valor alguno 'después del vaciado y filtraje que ha hecho el PSOE de las propuestas del PSC'.

El dirigente democristiano negó credibilidad al pacto de la izquierda, sobre todo porque depende, dijo, de lo que decida el PSOE. Maragall no puede hacer propuestas sobre el autogobierno, añadió Duran, porque está en la situación de que 'unos proponen y otros disponen'.

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