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Entrevista:KLAUS-PETER MÜLLER | Presidente del Commerzbank

'No me importaría que el SCH vendiese su parte en mi banco'

Klaus-Peter Müller, de 57 años, asumió la presidencia del Commerzbank, el menor de los cuatro grandes bancos alemanes, en mayo pasado. No han sido meses fáciles: pérdidas por 184 millones de euros de enero a septiembre, frustradas conversaciones de fusión con el banco italiano Unicredito y un recorte de plantilla que afectará a 3.400 empleados, casi un 8,5% del total.

Los analistas especulan desde hace mucho sobre la posibilidad de que el banco sea adquirido por otra entidad, con lo que Müller sería su último presidente independiente. El Commerzbank cultivó durante años una densa red de participaciones cruzadas a lo largo de Europa, las llamadas afinidades electivas, que incluyen también al Santander Central Hispano (SCH), que mantiene un 4,8% en la entidad alemana, que a su vez participa con un 2,2% en el banco español.

'Hoy se dice que es absurdo mantener una participación del 4% en siete entidades'
'El banco más europeo es el Citibank. Esto no puede ser'

Pregunta. ¿Qué ha pasado con la estrategia de las afinidades electivas de su antecesor, Martin Kohlhaussen?

Respuesta. Fue un buen concepto, que durante muchos años tuvo sentido, pero que en los tiempos que corren ya no tiene tanta cabida. Dar un menor peso a estas participaciones cruzadas es un proceso normal de adaptación a una situación distinta. Yo no exageraría el significado estratégico de este cambio.

P. ¿En vez de muchas participaciones pequeñas, unas cuan-tas grandes, por tanto?

R. Hubo un tiempo en el que todos buscábamos socios euro-peos. Todos teníamos estas redes. Después dijimos que una cooperación sólo tiene sentido si está respaldada por capital. Como esto es muy caro, sólo se trataba de porcentajes muy pequeños. Hoy se dice: es absurdo mantener un 4% o un 5% en siete u ocho entidades. Los tiempos cambian. El valor y la importancia de la dotación de capital hoy se juzgan de una manera distinta. Desde mi punto de vista, la calidad de las relaciones con nuestros amigos españoles no varía si mantienen un 3%, 4%, 5% o 6% en el Commerzbank.

P. ¿Bajo qué condiciones se podrían reiniciar las negociaciones con Unicredito?

R. Aquí hay que ver dos cosas. Primero: los bancos involu-crados no pudieron comunicarse en aquel entonces con la opinión pública, por lo que después tuvieron que constatar y lamentar que los medios y los analistas no vieran el escenario mayor detrás de estas conversaciones. Éste no era que dos bancos se fusionaran, sino que se integraran tres o cuatro entidades bajo un único manto. Segundo: la Bolsa reaccionó claramente de manera negativa. Quiere decir: no retomaremos este tema ocho semanas más tarde. En lo que respecta al Commerzbank, por lo demás, he declarado que hemos de hacer algunas tareas y de que no estamos interesados en nuevas negociaciones, no importa con quién, antes de que el banco no haya regresado a una sólida rentabilidad.

P. ¿Y una sociedad con la aseguradora Generali?

R. Considere, por favor, el punto de vista de nuestros amigos de Generali. Mantienen un 10% en el Commerzbank y, a cambio, obtienen el 100% de nuestro negocio asegurador. Si aumentan su participación, yo no les puedo dar más de lo que tienen.

P. Usted ha dicho que había un tercer y cuarto banco que podían entrar en el proyecto común con Unicredito. ¿Cuáles eran?

R. Yo no he dicho eso. He dicho que, desde el inicio, que-ríamos abrir este concepto para un tercer y cuarto banco. No sería correcto que le dijera ahora a qué bancos habríamos invitado a las conversaciones.

P. ¿Provienen del sur de Europa?

R. No entro en este juego.

P. ¿Cómo van las relaciones con el Santander Central Hispano?

R. Hablo regularmente con su consejero delegado, Ángel Corcóstegui, nos hemos visto por última vez en octubre, y tenemos un contacto estrecho y amistoso. Pero si Ángel mañana me dijese: 'Klaus-Peter, ¿tienes algo en contra de que venda o reduzca a la mitad mi participación en tu banco?', mi repuesta sería que no, que no me importaría, porque ello no cambiaría en nada nuestras buenas relaciones. La amistad ni se puede comprar con un 3%, ni se pierde en la venta de unas cuantas acciones.

P. Esto sonaba distinto hace unos meses, cuando se pidió al SCH que participara en una ampliación de capital.

R. Eso no fue así. En aquel entonces de lo que se trataba era de que nuestros amigos españoles nos querían vender un banco en Alemania y nos dijeron que podíamos pagar con acciones en vez de dinero en efectivo. Fue el intento de animarnos a aceptar un precio, que al final no aceptamos.

P. Algunos analistas piensan que el Commerzbank este año no logrará beneficios de explotación. ¿Qué les contesta usted?

R. Nada, en principio. Lo único que digo es que es imposible predecir el resultado de finales de año con un desarrollo económico que se ha vuelto tan volátil. Como a todos los demás, las repercusiones del 11 de septiembre, desde luego, nos han afectado.

P. ¿Habrá más recortes de plantilla de los ya anunciados?

R. Desde la perspectiva de hoy día, no.

P. Da la impresión de que los grandes bancos alemanes anun-cian a cuentagotas sus recortes.

R. Eso no es justo. Si en un momento dado usted, nada más para tranquilizar a la opinión pública, anuncia que recortará 8.000 empleos, y no lo puede sustentar económicamente, sería irresponsable. Si mañana se da un desarrollo que crea una situación completamente distinta, tengo que tener el derecho de reaccionar. No queremos reducir más de lo que hoy día nos parece necesario. Es una cuestión de responsabilidad social, que aquí quiero asumir expresamente.

P. ¿En qué sectores se quiere concentrar el Commerzbank? ¿Se reducirá la gestión de activos o el negocio de banca privada?

R. Examinaremos cada participación para ver si satisface nuestras exigencias. Si no las satisface, primero nos tenemos que preguntar si es nuestra culpa y qué es lo que podemos hacer para mejorar la rentabilidad. Si llegamos a la conclusión de que esta sociedad no tiene ninguna oportunidad de cumplir con nuestra norma de rentabilidad en su segmento de mercado, ya sólo queda un interrogante: ¿es estratégicamente importante? De serlo, hay que aguantar. De no serlo, uno está bien aconsejado en venderla.

P. El grupo especulador Cobra, que se ha disuelto jurídica-mente pero mantiene una participación en el Commerzbank, siempre pedía una fusión. ¿Le hará caso?

R. El mundo no es tan sencillo para que todos los problemas se puedan resolver con una fusión o una compra. Todo tiene que tener sentido económico. Y en este campo creo que conversaciones, por ejemplo, con bancos italianos habrían sido una buena base para desarrollar una estrategia europea. Por ahora, nuestra obligación es controlar nuestros costes y volver a ser verdaderamente rentables . En algún momento del próximo año podremos mirar más allá de nuestro terruño.

P. ¿A medio plazo el Commerzbank estará integrado entonces en un proyecto europeo?

R. Cuidado, eso es exactamente lo que he dicho. Creo que en el negocio bancario todavía no contamos con un banco europeo. Por eso, esta cuestión no sólo compete al Commerzbank, sino a todo el sector. Tenemos bancos italianos, franceses, españoles, alemanes, pero ninguno europeo. El banco más europeo de todos es el Citibank. Esto no puede ser.

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