El SCH pone en venta inmuebles por valor de 1.140 millones de euros

El banco Santander Central Hispano ha puesto en marcha un plan de desinversión inmobiliaria que le reportará unos ingresos próximos a los 1.140 millones de euros (unos 190.000 millones de pesetas) en tres años, el plazo calculado para trasladar sus dependencias a Boadilla del Monte (Madrid). La entidad se desprenderá de la torre negra de la Castellana y otros cuatro activos más en la capital. Además venderá otros 60 edificios.

El banco Santander Central Hispano (SCH) ha decidido poner en marcha su anunciado plan de desinversión inmobiliaria, que afectará a todos los edificios que actualmente ocupa tanto en propiedad como en régimen de alquiler, a excepción de los inmuebles en que se ubican sus sedes santanderina (en el paseo de Pereda) y madrileñas (en el complejo Canalejas y Alcalá 14, antiguas centrales de Banesto y el Banco Hispano, y en el paseo de la Castellana 24).

Aunque en un principio la entidad presidida por Emilio Botín calculó que la venta de sus activos inmobiliarios le reportaría unos ingresos recurrentes de 600 millones de euros (100.000 millones de pesetas), ahora la cifra prevista se eleva a casi el doble. De esta cantidad, aproximadamente la mitad procederá de la enajenación de los cinco edificios de oficinas que posee en Madrid, y el resto de los inmuebles que tiene en propiedad en las principales capitales de provincia y ciudades grandes, en total otros 60 activos.

El más emblamático de los edificios que pone a la venta es el conocido como torre negra, en el paseo de la Castellana número 75, donde estuvo la sede madrileña del Banco Santander antes de que lo enajenase por primera vez. Este activo sale al mercado por 144 millones de euros (24.000 millones de pesetas), lo que supone una valoración del metro cuadrado superior al millón de pesetas, concretamente de 1,2 millones, según fuentes del banco. Es decir, los precios máximos alcanzados en el mercado de oficinas de Madrid.

Esta torre se ubica en el conocido complejo de Azca, dentro del distrito de negocios madrileño, en el que los precios de las oficinas rebasan la barrera del millón de pesetas por metro cuadrado.

Sin planta 13

El edificio tiene 19 plantas, cuya superficie no llega a 17.000 metros cuadrados, y más de 10.000 metros bajo rasante distribuidos en cinco sótanos. Se le conoce como torre negra por su color, no por una peculiaridad que le caracteriza: que no dispone de planta 13, pasando de la 12 a la 14.

Además de la citada torre, el SCH ha colgado el cartel de Se vende en varios activos de Madrid. En concreto, son los que posee en la avenida de San Luis, 27-29 -una parcela de ocho hectáreas con dos inmuebles de oficinas de 20.000 metros cuadrados sobre rasante cada uno-, por los que pide 120 millones de euros, y los edificios del polígono de Las Mercedes y Las Rozas, valorados en 60 y 120 millones de euros, respectivamente.

Además, está a punto de cerrar la venta al Ayuntamiento de Madrid de la antigua sede del Banco Central, en la calle de Alcalá número 49 (junto a Cibeles). Posiblemente, la aprobación por parte del Consistorio se produzca el próximo día 27. En el mercado se ha barajado un precio de compra de unos 90 millones de euros, que se permutará por terrenos listos para edificar.

En Madrid la entidad dejará, además, los inmuebles en que está instalada en régimen de alquiler, con lo que ahorrará 18 millones de euros. Se trata de Castellana, 7 y 32, el vecino de Marqués de Villamejor, dos inmuebles del complejo Ática de la Vía de las Dos Castillas y el 60% del edificio Alfredo Mahou, también en Azca.

Nuevo destino

El plan de desinversión inmobiliaria se ha puesto en marcha una vez que la Comunidad de Madrid ha aprobado el proyecto del banco en Boadilla del Monte (Madrid), donde trasladará todas sus dependencias, excepto las sedes corporativas. El traslado implica a unos 20.000 empleados, que estarán en las nuevas instalaciones en un periodo de tres años, el mismo plazo fijado para la desinversión.

La entidad pretende desarrollar en Boadilla un gigantesco campus financiero de 170 hectáreas con una edificabilidad sobre rasante de 350.000 metros cuadrados de superficie. Este proyecto requerirá una inversión de al menos 40.000 millones de pesetas y se realizará en dos fases.

El SCH pretende llevar a cabo directamente su plan de desinversión, sin intermediarios. Este proceso se enmarca dentro de una tendencia generalizada por parte de las grandes compañías españolas, que han decidido desprenderse de sus activos no fundamentales para destinar los ingresos procedentes de su venta al negocio principal. En esta situación se encuentran BBVA, Telefónica, Endesa, Iberdrola y Ebro-Puleva, entre otras.