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LAS CALLES, EN PERMANENTE ESTADO DE OBRAS

Control en Barcelona, Valencia y Bilbao; anarquía en Sevilla

Barcelona pasó la fiebre de las zanjas por la instalación del cableado y otros servicios entre finales de 1999 y 2000, periodo en el que fueron extendidos 400 kilómetros de cable. De ellos, 300 se instalaron aprovechando la red de metro y de alcantarillado. Los 100 restantes estuvieron repartidos por gran parte de la ciudad, pero con una incidencia mayor en toda la zona centro, lo que provocó problemas no sólo para los residentes, sino para miles de ciudadanos del área metropolitana de Barcelona que acuden a esa zona, una de las de mayor actividad de negocios y de oficinas. Además, la ciudad soporta múltiples obras por otras canalizaciones y proyectos urbanísticos. De las 6.621 obras de servicios hechas en la vía pública el año pasado, 1.560 fueron por instalación de cable.

El Ayuntamiento de Barcelona puso en marcha, en 1990, un servicio (ACEFHAT) para coordinar la actuación de las compañías de servicios -entonces telefónica, agua, luz y gas- precisamente para evitar abrir zanjas y volverlas a cerrar sucesivamente por falta de coordinación. El año pasado, los distintos operadores de telefonía entraron en ese mecanismo de coordinación que, entre otras cosas, exige una previsión de obras con un calendario de dos años a las diferentes compañías e imposibilita volver a abrir la misma zanja en un periodo inferior a un año, con excepción de las averías.

En Valencia, el engorroso problema de las zanjas se ha resuelto con un aceptable nivel de eficacia. Ocoval, la oficina de coordinación de obras de la ciudad, ante el problema que estaba empezando a plantear la apertura de zanjas, logró a principios del verano pasado un acuerdo al que se sumaron todos los operadores. Así, se decidió que un único operador construiría todos los tramos coincidentes en los que concurriesen dos o más empresas. La elegida fue ONO, que dividió el coste de las zanjas y las acometidas entre las compañías interesadas. En el acuerdo alcanzado por Ocoval participaron Jazztel, BT, Retevisión, Colt, Iberdrola Telecomunicaciones, Uni2 y Airtel.

Bilbao creó hace un año y medio un ente -la comisión de ca-tas- con el propósito de que los técnicos municipales y las empresas que más zanjas abren (telefonía, agua, electricidad y saneamiento) coordinen su trabajo. De tal manera que si una empresa de telefonía, por ejemplo, va a abrir una calle para colocar sus líneas, la comisión avisa al resto para que, si tenían previsto realizar alguna obra allí, aprovechen que la zanja ya está abierta. Las calles de Bilbao estaban ayer levantadas en 81 puntos. Cualquiera puede consultar la situación en la página del Ayuntamiento (www.bilbao.net).

Los seis distritos de Sevilla presentan zanjas abiertas en alguna de sus calles. Éste es el caso de la calle de Sierpes, que durante más de tres meses se ha convertido en un puro barrizal en el que sólo se adentran los que no tienen más remedio. Otras zonas emblemáticas de la capital son actualmente objeto de obras. Los comerciantes reconocen que los trabajos eran necesarios, pero aseguran que las obras les ocasionan un descenso de ventas de entre el 40% y el 70%.

Esta información ha sido realizada por Joaquin Ferrandis, Blanca Cía, Naiara Galarraga y Reyes Rincón.

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