España: un caso en diez años; Italia: diez casos en un año

Diez casos en poco más de un año. El fútbol italiano no para de acumular episodios de dopaje, siempre con la misma sustancia presente: la nandrolona. Desde que comenzó la temporada 2000-2001, diez jugadores han dado positivo en el calcio, los últimos, el holandés Stam y Guardiola. En los ocho casos anteriores, el contraanálisis no hizo sino confirmar el primer diagnóstico.

Mientras Italia acumula caso tras caso, en España, donde se realizan controles antidopaje desde el año 90, sólo se ha conocido uno por nandrolona. Fue el de Aguirretxu en 1997. El jugador, perteneciente al Celta, dio positivo tras un partido en Valladolid. Aguirretxu, lesionado pocos días antes en un encuentro ante el Barcelona, fue tratado con corticoides. Pero el médico del Celta, el doctor Borrás, dirigió sus sospechas a unas pastillas de herbolario que Aguirretxu tomaba como crecepelo. Sin embargo, esas pastillas también fueron analizadas y en ellas no se encontró rastro de nandrolona.

Pero Aguirretxu no cejó en su empeño de demostrar su inocencia. Cuando ya había sido sancionado por la federación con seis meses recurrió a un informe veterinario para demostrar que pudo ser la carne de cerdo la que provocara su positivo por nandrolona. Nada consiguió, convirtiéndose en el segundo jugador condenado en España por dopaje, el primero fue, en el año 92, Monsalvete, que actuaba en el Figueres, de Segunda División.

Las sanciones

En Italia, sin embargo, la nandrolona se cebó con el fútbol en la pasada temporada. Andrea de Rold, del Pescara, fue el primer caso descubierto. La sanción inicial que se le impuso se elevó a 16 meses, reducida después a ocho. Lo mismo les ocurrió a Buchi y Monaco (Perugia) y Caccia (Piacenza). El primer caso sonado fue el del portugués Couto, jugador del Lazio, al que se le detectó la sustancia en enero de este año. Pese a que el fiscal pidió para él una sanción de 16 meses, el castigo se quedó en primera instancia en 10 y acabó reducido a cuatro. Poco después, fue el holandés Davids el catigado con un año de sanción, que se redujo a cuatro meses.

Todas las miradas, y todas las sospechas, se dirigieron a la selección holandesa cuando, en las mismas fechas, se conoció el positivo de otro de sus componentes, el jugador del Barcelona, Frank de Boer, tras el partido de la Copa de la UEFA que disputaron Barça y Celta. Condenado a un año, en septiembre estaba jugando de nuevo al reducirse el castigo a dos meses.

Holanda y el calcio italiano se unieron de nuevo, con la nandrolona de por medio, el pasado día 17, cuando se supo del positivo de Stam, holandés enrolado en el Lazio, que en sus ocho años como profesional, en Holanda y en Inglaterra, jamás tuvo problema alguno.