Sanidad y gasolina

El anuncio de que el Consejo de Política Fiscal y Financiera está estudiando la puesta en funcionamiento de un nuevo impuesto sobre las gasolinas para financiar la sanidad precisa de algunos comentarios.

El acuerdo sobre financiación autonómica establecía una financiación de la sanidad notoriamente insuficiente, que se evidencia en el funcionamiento del sistema sanitario, y es que no hay que olvidar que el gasto sanitario se encuentra alrededor de un 1,5% del PIB por debajo de la media de la Unión Europea.

Por ello es positivo que desde las comunidades autónomas y desde el Ministerio de Hacienda se reconozca este hecho y se busquen mecanismos para solucionarlo, dedicando mayores cantidades a la financiación sanitaria.

No obstante, el mecanismo arbitrado (incremento del impuesto sobre las gasolinas) tiene dos inconvenientes importantes: el primero es que grava el consumo y, por lo tanto, no tiene efectos redistributivos, ya que acabará trasladándose al conjunto de la población por la vía de los precios (transporte, etcétera), y el segundo, el que no va a ser equitativo, porque la capacidad recaudatoria de las comunidades autónomas es muy distinta y está relacionada con los niveles de renta de cada una de ellas, y no con sus necesidades de salud. Por lo tanto, aunque es positivo el que se aporte nueva financiación al sistema sanitario público, esta fórmula no parece la mejor, y sería deseable el que se buscasen mecanismos impositivos que favorezcan la redistribución de la renta y la equidad interterritorial.- Marciano Sánchez Bayle. Presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública.

Estoy leyendo todos los días la prensa y veo con asombro cómo no saben solucionar el problema de la sanidad. Dicen de incrementar un impuesto como es el de la gasolina. Entonces los grandes dirigentes a escala nacional, comunidades y locales, estarían exentos de dicho gravamen ya que sus coches son oficiales y la gasolina que gastan la paga el pueblo español. Sería bueno que los presidentes, ministros, diputados nacionales y autonómicos y alcaldes, a todos los niveles, que tan elevados sueldos se imponen, abonaran de su sueldo 'por cada 1.000 pesetas, 100 pesetas', para remediar el problema de la sanidad. Yo también estaría dispuesta a dar esas 100 pesetas de mi pensión no contributiva, que es de 33.000 pesetas al mes.-