Ricos contra ricos
Los clubes ingleses amenazan a sus jugadores con los tribunales si van a la huelga por los derechos de televisión
Si las frenéticas negociaciones de los próximos días no lo impiden, Inglaterra vivirá el 1 y el 2 de diciembre su primera huelga de futbolistas. Su sindicato exige una participación del 5% en el dinero que las televisiones pagan a la Premier League por los derechos de los partidos, pero la última oferta es del 2,3%. Los clubes amenazan con llevar a sus empleados a los tribunales porque el paro les parece ilegal. Y los hinchas están divididos ante un conflicto que no acaban de entender.
Ya en 1992 y 1996 los jugadores convocaron sendas huelgas que, al final, se suspendieron. Tampoco esta vez hay que descartar un acuerdo de última hora en un contencioso que, a primera vista, enfrenta a ricos contra ricos. El paro afectará a todos los partidos que se televisen tanto en directo como en diferido; es decir, prácticamente a todos. Pero no a la Copa ni a las competiciones europeas.
La Asociación de Futbolistas Profesionales (PFA), encabezada por Gordon Taylor, quiere que los clubes les cedan de oficio cada año el 5% de los ingresos de televisión, que este año equivaldría a unos 36 millones de libras (9.700 millones de pesetas), reivindicando un antiguo acuerdo de caballeros. La Premier League, que empezó ofreciendo 10 millones, ha subido su oferta a 50 millones de libras en tres años (4.500 millones de pesetas anuales), aunque asegura que en ningún sitio está escrito ese acuerdo.
La Premier League está llevando las negociaciones, pero los jugadores dependen laboralmente de los clubes, agrupados en la Liga de Fútbol. Por eso la Liga va a apelar a la justicia para que declare ilegal la huelga alegando que aquéllos sólo pueden hacerla por un conflicto con sus empresas, no con terceros.
Los hinchas están divididos. El corazón les lleva a defender a los futbolistas, pero las cifras enfrían ese entusiasmo. En una encuesta de la BBC, el 52% los defiende y el 48% los critica. El sindicato dice que el dinero lo quiere para atender las necesidades de los humildes, los que acaban sus carreras prematuramente a causa de lesiones graves o los jóvenes que no llegan a triunfar y tienen que reorientar su vida.
Los clubes contestan que el dinero les llega por un lado y se les va por otro. 'Los salarios de los jugadores se llevan el 95% de los ingresos en Primera, el 82% en Segunda y el 87% en Tercera', afirma David Burns, jefe ejecutivo de la Liga.
Muchos aficionados creen que son los futbolistas los que deberían dar parte de su salario al sindicato -sólo pagan una cuota anual de 20.250 pesetas-, no los clubes. 'Los jugadores han de saber que van a sufrir mucho, porque somos el único país que paga a su central y, encima, nos atacan', se lamenta Doug Ellis, presidente del Aston Villa.
'¿Para qué quiere tanto dinero la asociación de futbolistas?', se preguntan los clubes. El año pasado recibió de éstos 8,8 millones de libras, pero 'sólo se gastaron 2,4 millones en sus dignas causas', ironiza Peter Scudamore, jefe ejecutivo de la Premier League. 'Díganme otro negocio en el que se destinen 25 millones de libras a ayudar a un sindicato cuyos miembros ganan entre 200.000 libras y tres millones al año, como ocurre en la Premier-ship', apunta el presidente del Birmingham, David Gold.
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