El patrimonio histórico de Aroche
El 2 de febrero de este año, una de las almenas del castillo almohade del siglo XI, ante la indiferencia de los políticos responsables de la conservación del patrimonio histórico, no soportó otro año de temporales y se derrumbó, a pesar de las denuncias de la Asociación Cultural Senabra, a tiempo más que suficiente para impedirlo.
No obstante, ante el peligro de sucesivos derrumbes, la inoperante Delegación Provincial de Cultura, en vez de acometer con la máxima diligencia las gestiones para su pronta restauración, se enfrascó en una bizantina polémica acerca de la titularidad sevillana de los castillos de la Sierra de Aroche, eludiendo la responsabilidad ante un patrimonio que se desmorona a pedazos. Otra vez la Asociación Cultural Senabra demuestra documentalmente, que el castillo, es propiedad del Ayuntamiento de Aroche, como así consta en el registro de la propiedad de Aracena. Y si alguien no está de acuerdo, a los juzgados. Pero menos jugar al despiste, y a restaurar rápidamente el castillo.
También sufrimos a la Comisión Provincial de Patrimonio. Todo un precioso 'florero' que, en sus actuaciones relacionadas con Aroche, no deja de ser el verdugo que de manera consciente y sádica destroza nuestro patrimonio arquitectónico popular de forma sistemática cada vez que da el visto bueno a un expediente. No hay obra que aprueben que no suponga metros de muralla tapada o destruida, construcción de 'rascacielos rurales' (que en algunos desniveles llega a las cinco plantas), y que suponen auténticas agresiones, bien sea a miradores, ermita, iglesia, castillo, etcétera. ¿Aroche Conjunto Histórico Artístico?.
Pero toda esta inquina con el patrimonio de Aroche es con la colaboración consentidora del equipo de gobierno municipal. Toda una falta de compromiso y coraje en la defensa de los intereses generales frente a los particulares, rayana en la hipocresía, cuando en los medios se alardea de Aroche como conjunto histórico-artístico, mientras se es un cómplice y colaborador más en su destrucción. Es un secreto a voces que en el pueblo cada uno hace la obra que quiere.
No obstante, falta la guinda de un arquitecto. Elemento esencial en el asesoramiento de clientes, y más en un casco catalogado como conjunto histórico artístico. Claro que eso huelga cuando el responsable de la inmensa mayoría de los proyectos (si no de todos), que agreden al caserío serrano de Aroche, antepone por encima de cualquier otra consideración sus intereses particulares, por muy legítimos que sean, demostrando una indiferencia y una insensibilidad total hacia lo que es la conservación de un casco urbano tradicional, y a la integración en él de obras tanto de nueva planta como de remodelación fundamentalmente. Sus 'obras' son auténticas aberraciones, tanto es así, que para esta Asociación Cultural Senabra, su actuación profesional es la de un auténtico Atila, y quien quiera que venga a comprobarlo.
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