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Christie's y Sotheby's acaban en los tribunales por pactar los precios

Diana Brooks confirma la conspiración entre las dos casas de subastas

Es el Dallas del negocio del arte, el Dinastía del mundo de las subastas. Los que fueran máximos responsables de Sotheby's durante casi veinte años se enfrentan desde el lunes en un tribunal de Manhattan acusándose mutuamente de haber conspirado con su rival Christie's para amañar los precios de sus operaciones. Diana Brooks, ex directora de Sotheby's, y Alfred Taubman, que sigue siendo su propietario mayoritario, formaban un tándem poderoso. Ahora son los protagonistas de un culebrón judicial.

Diana Brooks ha confirmado lo que ya se sabía: que entre 1993 y 1999 Christie's y Sotheby's, las dos casas de subasta de arte más conocidas del mundo, conspiraron para fijar juntas los precios de sus comisiones, un secreto a voces que reportó a las dos empresas algo más de 400 millones de dólares (unos 75.000 millones de pesetas). La ex responsable de Sotheby's detalló el lunes, en una impresionante comparecencia, la docena de encuentros clandestinos entre sus dos presidentes y cómo Alfred Taubman le había pedido absoluta discreción.

Cuando estalló el escándalo, a principios de 2000, Brooks, una elegante mujer de 51 años, cuenta que insistió en entrevistarse en privado con su jefe y colaborador desde 1983. Éste sólo respondió, siempre según Brooks, con un 'no te comportes como una niña'. Días después, cuando la foto de Brooks apareció en la portada de Financial Times, el propietario de Sotheby's se limitó a comentar a modo de broma que el uniforme de las prisiones le sentaría 'muy bien'. Brooks dedujo que Taubman no movería un dedo por ella. Meses después, ambos se veían obligados a dimitir. Amigos de Brooks contaron la profunda depresión en la que vivía, hasta que decidió colaborar con la fiscalía a cambio de cierta inmunidad.

Alfred Taubman mantiene su inocencia y achaca toda la culpa a su colaboradora. Pero se ha quedado solo. El ex presidente de Christie's, el británico Anthony Tennant, se ha refugiado en Londres, desde donde no puede ser extraditado, ya que la justicia británica no considera que amañar precios sea delito suficiente como para entregarlo a los tribunales norteamericanos.

Durante la vista en Manhattan, Taubman, un millonario de 76 años, permaneció impasible. Sólo esbozó un gesto de contrariedad cuando Brooks habló de uno de sus ecuentros con Christopher Dandride, su colega de Christie's, que testificó la semana pasada dando detalles sobre las operaciones entre las dos casas. Acordaron pactar una competencia ficticia y establecer un nuevo sistema de precios: Christie's anunciaría primero sus subidas de tarifas y Sotheby's le seguiría unos meses después.

Eso pasó durante seis años de forma tan concertada y sistemática que despertó las sospechas del FBI, que lleva años detrás del caso, y sobre todo de los airados clientes que en la primavera de 2000 denunciaron en los tribunales las prácticas abusivas de las firmas que controlan más del 90% del mercado artístico. La ex directiva mencionó la lista de unos cincuenta clientes preferenciales a los que se les aplicaban mejores comisiones y que las dos casas de subastas compartían. Como ya confesara Dandridge la semana pasada, Brooks mintió a todo el mundo, incluso a los abogados de su propia empresa, sobre lo que realmente se cocía al más alto nivel.

Taubman, coleccionista, dueño de varias cadenas de centros comerciales, desembarcó en Sotheby's en 1983. En poco años creó con Brooks, que accedería al frente del grupo en 1994, el tándem más poderoso del mundo del arte, aprovechando la imparable prosperidad norteamericana. Hasta esta semana, en la que han convertido su actividad en todo un culebrón.

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