Terrorismo y libertad

(...) El Gobierno británico anunció hace unos días un proyecto de ley antiterrorista de emergencia para su debate en el Parlamento antes de finales de año. El mes pasado, el Congreso norteamericano aprobó con rapidez una nueva y amplia ley antiterrorista propuesta por la Administración de Bush. Desde entonces han sido detenidas centenares de personas a las que se mantiene incomunicadas. No hay duda de que Estados Unidos se enfrenta a una terrible amenaza y que el Reino Unido, su aliado más fiel, tiene también motivos de temor. (...) Ante esta situación, pueden justificarse determinadas medidas extraordinarias. (...) Puede que no sea agradable un control bancario más rígido o una mayor cooperación entre los servicios de espionaje y la policía, pero son medidas necesarias para atrapar a los terroristas. Sin embargo, es necesario que cualquier nueva medida policial sea lo más limitada posible. (...) El proyecto del Gobierno británico de retener de forma indefinida a inmigrantes sospechosos de ser terroristas (...) es erróneo e innecesario. Si, como afirma el Gobierno, sólo va a afectar a 20 personas, ¿por qué no pueden ser vigiladas por la policía hasta reunir las pruebas suficientes para ser procesadas? Asimismo, la forma con la que el Gobierno de EE UU ha detenido a 1.200 personas es una desgracia. (...) Uno de los objetivos principales de muchos terroristas (...) es el de socavar las libertades (...). En una democracia, la preservación de estas libertades debería ser uno de los objetivos primordiales de sus dirigentes.

Londres, 15 de noviembre