Cómodo, pero pesado
El Carnival es uno de los monovolúmenes más grandes, con medidas de coche americano. Tiene un interior cómodo, muy ergonómico y con un aspecto aparente que le diferencia de otros coches coreanos, aunque sin llegar a la calidad de los europeos. Además, la posición del cambio en la consola y las butacas individuales de la segunda fila favorecen la movilidad interior.
El turbodiésel más potente
Este familiar oriental estrena la última evolución del motor 2.9 turbodiésel de Kia, que, aparte de la inyección directa, incluye ahora raíl común, una solución que ha permitido aumentar la potencia en 18 CV para llegar a 144 CV.
Esta cifra convierte al Carnival en el turbodiésel más potente del mercado, aunque no se refleja mucho en las prestaciones porque tiene un peso excesivo -más de dos toneladas- que lastra su respuesta. Pero es un motor elástico y responde con progresividad desde bajo régimen hasta 4.500 vueltas, aunque sin la fuerza de los TDi más modernos. Se nota en las aceleraciones, más perezosas de lo que corresponde a su potencia, y en las subidas, sobre todo cuando va cargado. Sin embargo, cuenta con un cambio de cinco marchas bien escalonadas que permite mantener buenos ritmos de crucero, aunque le cuesta lanzarse y tiene una velocidad máxima inferior a sus rivales. Pero resulta fácil de conducir en ciudad y viaja con soltura en carretera. Los consumos son correctos teniendo en cuenta su cilindrada y peso: gasta menos de nueve litros a ritmos suaves y es difícil superar los 11 en ciudad y en conducción rápida.
Su asignatura pendiente sigue siendo la insonorización: es ruidoso en frío y a bajo régimen, pero en carretera tiene un tacto fino y casi no se nota que es un diésel.
Sólido y confortable
El Carnival sorprende por la sensación de solidez que transmite, con unas suspensiones que absorben muy bien las irregularidades y contribuyen a ofrecer un confort elevado. Pero las medidas voluminosas de la carrocería se aprecian en la estabilidad: no es ágil y acusa las inercias en las zonas viradas, aunque después, en trazados rápidos y autopistas, va muy bien, tiene un gran aplomo y da seguridad, lo que permite viajar con comodidad sin cansar a los ocupantes.
Por lo demás, los frenos responden bien e incluyen ABS en toda la gama. Pero el ESP (control de estabilidad) no se ofrece ni como opción y el equipo de seguridad (airbags) es algo justo.
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